“Acá nunca funcionó ningún comedor”: la respuesta se repite en distintas casas particulares de barrios vulnerables repartidos por todo el conurbano bonaerense. La Matanza, Quilmes, Berazategui, Ezeiza, Moreno y José C. Paz son algunos de los municipios que concentran la mayor cantidad de estos comedores y merenderos fantasma.
Los datos surgen de un relevamiento realizado por la Secretaría de Niñez y Familia, en la órbita del Ministerio de Capital Humano. En el Registro Nacional de Comedores y Merenderos Comunitarios (Renacom) figuraban, hasta 2023, más de 40 mil centros en todo el país. Sin embargo, menos de 5 mil cumplían “todos los requisitos de inscripción” y fueron dados de alta para recibir asistencia alimentaria del Estado.
El año pasado, los desembolsos de la ahora readaptada área de Desarrollo Social en licitaciones de compras de alimentos para esos comedores superaron los $40 mil millones. Sin embargo, la sorpresa apareció al momento de auditar esos gastos en 2168 espacios: el 54% no existía.
