GERARDO MORALES O EL SEÑOR DE LA PUNA

A pesar de que faltan pocos meses para celebrar los 40 años de vida democrática, es un dato de la realidad que en la Argentina en algunos lugares la democracia atrasa. O al menos bajo ese rótulo en realidad lo que continúa existiendo son señores feudales que hacen del autoritarismo la ley de la comarca.

El caso de Gerardo Morales, gobernador de Jujuy es uno de esos ejemplos de manejo discrecional de poder y de marcado voluntarismo. Morales es todavía peor que los militares, porque al fin de cuentas, en ese tiempo los gobernadores respetaban algunos principios institucionales aunque más no fuera para guardar las formas. Morales, en su indolencia y carencia absoluta de escrúpulos, está tocado con un manto de impunidad tal que no teme a desafiar públicamente y a plena luz a las Instituciones de la Republica para obtener lo que quiere.

Ya en las postrimerías de su mandato y tal vez viéndose perdedor a nivel nacional, preparó el terreno para repetir otro mandato más en Jujuy pero desbrozando el campo de todo impedimento legal. Para Morales, la Constitución de la Provincia de Jujuy es un impedimento legal, un freno a sus apetencias desmedidas de poder y de lucro.

Atrapado por la megalomanía que gobierna a su cerebro, Morales, ordenó reformar la Constitución jujeña para acomodarla como un guante a sus delirios monárquicos limando derechos que se hallan en la base misma de toda la vida institucional. A la reacción popular que busca reivindicar esos derechos que Morales le ha conculcado, el dictador opuso la fuerza policial, la represión más brutal y organizada, mandando grupos de tareas policiales a tomar por asalto viviendas particulares y arrancando de las mismas sin orden judicial alguna a sus moradores para ser llevados a ignotos lugares de detención.

La Republica ha sido agredida de muerte en Jujuy por la mano de Morales.

Con no ser suficiente escarnio el atropello, en las últimas horas, Morales, ha procedido a la detención arbitraria del Dr, Alberto Nallar y el pedido de captura de los siguientes profesionales del Derecho de Dr. Ariel Ruarte, Dr. René Vicente Casas. Dr. Roberto Carlos Alemán y la Dra. Alicia Chalabe, todos bajo la imputación de hallarse conspirando contra la constitución de Morales armada a espaldas del pueblo y sus intereses, y ordena la persecución de una cuarentena de dirigentes defensores de los derechos naturales del pueblo jujeño.

Este acto salvaje y desproporcionado violenta el más elemental concepto de Republica, lo cual asume una mayor gravedad ideológica toda vez que Morales es tributario de la Unión Cívica Radical, histórico partido parido precisamente en la fragua de la lucha armada incluso en defensa de los derechos inalienables del Pueblo.

Viene ahora este Morales, luego de haber traicionado esos principios del radicalismo a hacer lo propio con la Constitución de Jujuy, llevándose por delante toda la tradición jurìdica de este paìs alineado desde sus nacientes en la lìnea del irrestricto respeto a los derechos humanos y cìvicos, particularmente aquèl de pensar distinto y el de reclamar.

En conclusión, en el Jujuy de Morales, convertido en un feudo y ahora en un coto de caza de opositores, vuelven a sonar haciéndose eco en las montañas y estribaciones de la Puna aquellas palabras que escribiera el ilustre Sarmiento, precisamente, cuando dejaba el terruño hostigado por el tirano: “¡Bárbaro, las ideas no se matan!”.

 

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