No sabemos ya qué hacer» cuenta Marcela Calermo, referente de la comunidad La Mora, que marchó a pié junto a familias originarias desde el norte de Salta hasta la capital en reclamo por agua.
«Una semana caminamos», cuenta Marcela, y llegaron a Salta el 21 de enero. Fueron 12 caciques de etnias Wichi, Tapiete, Tobas que se unieron en el reclamo para llegar hasta la capital provincial por falsas promesas que acumulan y la falta de solución al pedido de agua por parte del gobierno de Gustavo Sáenz.
Calermo cuenta que llegó una mamá muy descompensada y tuvo que ser internada. Que cuando llegaron a Salta, recibieron asistencia de profesionales de la UNSA y con ellos hablaron de la problemática del agua.
También contó que desde el inicio de la caminata, los funcionarios de Asuntos Indígenas intentaron frenarlos. Que algunos referentes de las comunidades del departamento Rivadavia, que también marchaban, les creyeron a esos funcionarios provinciales y se volvieron; no siguieron hasta Salta.
Referentes señalaron a Luis Gomez Almaraz y a Marcelo Córdoba como los que intentaron convencerlos de que dieran marcha atrás en la protesta.
Los que avanzaron hasta la capital sufrieron también amedrentamiento. La cacique wichí contó que las amenazaron con quitarles los chicos: «intervino el licenciado de la Niñez que decía que nosotros no podemos sacar los niños. Pero si dejamos los niños ¿qué hacen los niños solos y sin agua?» se preguntó y contó que en sus culturas, ellos no dejan a los niños.
Funcionarios del gobierno de la provincia «nos hicieron un acta compromiso, que en dos semanas nos iban a dar una solución. Pero veremos, porque actas compromisos siempre nos dan y tenemos muchas», una colección de actas compromisos del gobierno acumulan las comunidades que siguen sin agua. «No cumplen», cuenta Calermo.
«Cuántas veces asfaltaron la ruta 86» dice la dirigente para ilustrar la cantidad de anuncios de inversiones que hicieron, y cuestiona dónde fue a parar todo ese dinero público porque jamás la asfaltaron; cuando al menos 7 veces, cuenta, anunciaron la obra.
Sobre la provisión de agua, cuenta que una vez al mes va una camioneta por las comunidades de la Ruta 86 repartiendo agua; claramente insuficiente para la cantidad de personas que viven allí y necesitan asistencia.
Si en dos semanas no les resuelven, como se comprometieron, van a ser más los que van a marchar a Salta caminando porque «esto ya no da más», dice con desesperación Calermo.
Habló de los casos de enfermedades, desnutrición y deshidratación en los niños
Fuente: Revista Norte