La Comisión Europea ha autorizado la comercialización de las larvas de escarabajo del estiércol (Alphitobius diaperinus) en pasta, congeladas, desecadas o en polvo como nuevo alimento dentro de las 27 naciones que conforman la UE. Se trata del cuarto insecto incluido en esta categoría después del gusano de la harina, la langosta migratoria y el grillo doméstico.
La autorización, que fue anunciada el pasado 5 de enero, se da unos meses después de que la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (Efsa) concluyera en un estudio que el consumo de las larvas de este insecto en las condiciones de uso planteadas y a los niveles propuestos “es seguro”.
Entonces los expertos solo advirtieron que el Alphitobius diaperinus “puede causar reacciones hipersensibles” en personas con “alergia a los crustáceos y a los ácaros del polvo”, y recomendaron profundizar en la investigación sobre la alergenicidad de este nuevo alimento.
Las larvas de este insecto pueden utilizarse en barras de cereales, pasta, imitaciones de carne o productos de panadería, subrayan los expertos de la UE. Mientras tanto, es clave que los productos que presenten las larvas de este insecto en las formas autorizadas se “etiqueten adecuadamente conforme el artículo 9 del Reglamento (UE) 2015/2283”. Dicho de otro modo, que el consumidor sepa que está comiendo larvas.
En formulaciones congeladas y liofilizadas o en forma de pasta o polvo, las larvas del escarabajo del estiércol pueden utilizarse como ingrediente de varios productos alimenticios, señala el estudio de la Efsa, “como barras de cereales, pasta, imitaciones de carne y productos de panadería”.
En las formas autorizadas, este insecto puede usarse para la elaboración de barritas, tan usuales en el consumo de turistas y paseantes. Por el momento, solo la empresa francesa Ynsect NL B.V está autorizada para comercializar este nuevo alimento en un plazo de cinco años, pero otras compañías pueden solicitar el permiso.
La autorización para el consumo alimentario de insectos como el Alphitobius diaperinus se enmarca dentro de la estrategia de la Unión Europea denominada “De la granja a la mesa”, y busca identificar fuentes de proteínas alternativas para promover “un sistema alimentario más sostenible”, según el argumento oficial europeo. Según este criterio, criar larvas sería más “sostenible” que producir proteínas y grasas vegetales como las normalmente utilizadas este tipo de “snacks”.
Desde que en enero de 2018 entró en vigor el reglamento sobre nuevos alimentos de la UE, la Efsa ha recibido una gran cantidad de solicitudes que comprenden una amplia variedad de fuentes de alimentos, como productos derivados de plantas, algas, frutas no autóctonas e insectos comestibles.
Según la FAO, organismo sobre alimentos de la ONU, los insectos forman parte de la dieta diaria de millones de personas en el mundo y son una fuente nutritiva con un alto contenido en grasas y proteínas que “tiene múltiples ventajas para el medio ambiente”. Es que, aduce la FAO, su cría “emite menos gases invernadero que la mayoría del resto de fuentes de proteína animal”, y requiere menos agua que la cría de ganado, añade.
Recientemente, la Comisión Europea también ha autorizado la comercialización de nuevos alimentos para consumo humano elaborados a partir de hongos y grillos, entre otros ingredientes. Lo que muchos se preguntan cuál es la razón que tendría un europeo para consumir una pasta hecha en base a grillos o gusanos. La emergencia alimentaria es parte de la vida diaria de grandes áreas de Africa y Asia, pero no existe en la Unión Europea.
