El Congreso rechazó los objetivos de estabilidad y deuda propuestos para el período 2026-2028, lo que deja en suspenso la elaboración de los próximos Presupuestos Generales del Estado y reduce el margen financiero de las comunidades autónomas.
Con 176 votos en contra, PP, Vox y Junts frenaron la hoja de ruta fiscal planteada por el Ejecutivo. Pese al revés parlamentario, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, confirmó que el Gobierno seguirá adelante con la presentación del proyecto presupuestario, aunque asumió que el escenario será más limitado para las autonomías.
Las críticas de la oposición se centraron en el aumento del techo de gasto, que crecerá un 8,5% en 2026 y superará por primera vez los 200.000 millones de euros. Desde el PP advirtieron que este incremento excede el ritmo de crecimiento económico y refleja un gasto “descontrolado”. Vox cuestionó el uso de fondos públicos y Junts señaló la falta de credibilidad en la gestión fiscal del Gobierno.
Otros grupos, como UPN, también votaron en contra y reclamaron elecciones ante lo que consideran un bloqueo institucional.
En contraste, Sumar, junto a ERC, Bildu, PNV y BNG, respaldó los objetivos fiscales. Estas formaciones alertaron que la ausencia de una senda fiscal y de nuevos presupuestos puede agravar la desaceleración económica, afectando a familias y pymes.
La falta de consenso deja a los Presupuestos 2026 en un escenario incierto, marcado por fuertes divisiones políticas y debates sobre el modelo de gasto y la financiación de las comunidades autónomas.
