Un ataque con drones en la región de Sumy acabó con la vida de tres ciudadanos argentinos que combatían en Ucrania.
En un episodio de la guerra más amplia entre Rusia y Ucrania, tres argentinos fallecieron mientras participaban de una misión de guerra para el ejército ucraniano en la región de Sumy. La operación de guerra había sido su primera experiencia en el frente antes del fatal encuentro con drones rusos.
Los fallecidos se habían sumado a la misión de guerra en septiembre y actuaban en una unidad de asalto que acababa de cumplir su objetivo, cuando fueron atacados al retirarse. El suceso pone en evidencia los riesgos extremos que conlleva participar en una misión de guerra en un escenario de combate de alta intensidad.
Según consta en los reportes, la misión de guerra se desarrollaba en la “línea cero”, la zona más conflictiva del frente, donde el dispositivo ruso desplegó drones y minas. Uno de los argentinos murió tras pisar una mina, lo que añade un componente de guerra de desgaste a la tragedia.
En el marco de esta misión de guerra también resultaron heridos otros compatriotas que integraban la misma unidad y un soldado colombiano perdió la vida en el mismo ataque. La muerte de los argentinos, en su misión de guerra, refleja una creciente implicación de voluntarios extranjeros en este conflicto.
El hecho ha sido calificado como una operación de guerra de alta peligrosidad y destaca la falta de estadísticas oficiales sobre ciudadanos argentinos en combate. A pesar de ello, esta misión de guerra y sus consecuencias se suman a la lista de muertos extranjeros en lo que ya es un conflicto prolongado y sangriento.
