Escuchó los gritos desesperados de una mamá y no dudó en ayudarla. La emocionante historia de una agente que se ganó el respeto de toda Salta.
Una historia de coraje y humanidad tuvo lugar en las últimas horas en el barrio El Huaico, al norte de la ciudad de Salta. Eran cerca de las 2:30 de la madrugada cuando los gritos desesperados de una madre pidiendo ayuda interrumpieron el silencio de la noche. Su bebé de apenas tres meses no respiraba y su cuerpo, ya morado, no reaccionaba.
En medio de esa desesperación, la agente Rosario Oyen, perteneciente a la Policía Operativa de El Huaico, no dudó un segundo. “Escuché los gritos desde la avenida. Corrí sin pensar y cuando llegué la mamá estaba desesperada. El bebé no respiraba. Lo puse boca abajo y le empecé a dar palmaditas en la espalda. Luego inicié maniobras de RCP… y gracias a Dios volvió a respirar”, relató la uniformada, todavía conmovida.
Según contaron los vecinos, todo ocurrió en cuestión de minutos. “Salimos corriendo, no sabíamos qué hacer. Rosario llegó como un ángel azul. Ella tomó al bebé y empezó a trabajar con una serenidad impresionante. Mientras lo reanimaba, también nos hablaba, nos pedía que estemos tranquilos. Nos dio contención a todos”, recordó una de las testigos.
