Organismos internacionales advierten que el hambre y la desnutrición alcanzan niveles récord y que la entrada de ayuda humanitaria sigue siendo insuficiente.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, afirmó este martes que su país permitirá que los palestinos salgan de la Franja de Gaza, mientras el ejército se prepara para una ofensiva más amplia en el territorio. A esto hay que sumarle que la Organización Mundial de la Salud (OMS) indicó que no se está viendo un incremento significativo de la entrada de ayuda humanitaria en el enclave, en momentos donde el gobierno de Israel niega la existencia de hambruna generalizada en la población gazatí.
“Les permitimos marcharse”
Entrevistado en el canal de televisión I24 News, sobre la posible emigración de habitantes de Gaza al extranjero, Netanyahu estimó que “esto ocurre en todos los conflictos”. “En Siria, millones se han ido (…), en Ucrania, millones se han ido, en Afganistán, millones se han ido… ¿Y de repente ellos (la comunidad internacional) deciden que en Gaza los civiles deben estar encarcelados? Denles la posibilidad de irse, en primer lugar, de salir de las zonas de combate y, en general, de abandonar el territorio, si así lo desean”, señaló el primer ministro.
“Nosotros lo autorizaremos, durante y después de los combates”, precisó Netanyahu al decir: “No los estamos expulsando, sino que les permitimos marcharse, y eso es lo que está ocurriendo (…)”. Y enfatizó: “Estamos hablando con varios posibles países anfitriones, no puedo detallar eso aquí. Pero lo más natural, para todos los que hablan, aquellos que dicen preocuparse por los palestinos y que quieren ayudarlos, es abrir sus puertas”.
Por orden del gabinete militar de Netanyahu, el ejército israelí se prepara para lanzar una nueva fase de sus operaciones militares en Gaza para liberar a todos los rehenes israelíes y derrotar a Hamas, según sus objetivos declarados. El ejército tiene la intención de tomar el control de Ciudad de Gaza y de los campos de refugiados cercanos, una de las zonas más densamente pobladas del enclave palestino.
El anuncio de este plan ha sido condenado por una gran parte de la comunidad internacional, mientras que la ONU advirtió que sería una “nueva calamidad” con graves consecuencias regionales. Además, hasta ahora no se ha revelado un calendario por parte del ejército israelí. “¿Qué está sucediendo en este momento? ¿Qué está pasando con los plazos? He pedido que se acorten, porque realmente quiero llegar a la etapa final, poner fin a la guerra, lograr la liberación de todos nuestros rehenes y derrotar a nuestros enemigos. Ese es el objetivo”, dijo Netanyahu.
Negación del hambre
Israel también aseguró que no hay señales de un fenómeno de desnutrición generalizada en la Franja de Gaza, donde la ONU ha estado advirtiendo durante semanas sobre el riesgo de una hambruna. El Cogat, el organismo del Ministerio de Defensa israelí que supervisa los asuntos civiles en los territorios palestinos, indicó en una nota haber realizado un examen exhaustivo de los datos y cifras de Hamas sobre las muertes por desnutrición en el territorio palestino.
El Ministerio de Salud de Gaza estima que hasta la fecha murieron de hambre 227 personas, de las cuales 103 son niños. Por su parte, la OMS afirma que 148 personas murieron de desnutrición desde enero de 2025 y el Programa Mundial de Alimentos indicó que el hambre y la desnutrición en Gaza alcanzaron su nivel más alto desde el inicio de la guerra.
El Cogat señala una diferencia significativa entre las cifras de Hamas y los casos documentados, con detalles de identificación en los medios de comunicación y en las redes sociales, lo que –según el organismo– genera dudas sobre su credibilidad. “El análisis caso por caso de las muertes publicadas muestra que la mayoría (…) sufrían de condiciones médicas preexistentes que provocaron el deterioro de su estado de salud, sin relación con su estado nutricional”, sostuvo. “No hay ninguna señal de un fenómeno de desnutrición generalizada entre los gazatíes”, concluyó el organismo, que denunció además que hay una “explotación cínica de imágenes trágicas” por parte de Hamas.
Las autoridades de Gaza difundieron una nota en la que refutaron las afirmaciones del Cogat, a las que describieron como un “intento desesperado e inútil de ocultar un crimen documentado a nivel internacional: la hambruna sistemática de la población de Gaza”.
Las enfermedades crónicas no eximen de responsabilidad, aseveraron las autoridades: “Incluso los enfermos crónicos necesitan alimentación adecuada, cuidado médico y medicamentos, todo de lo que la ocupación (en referencia a Israel) les ha privado a través del asedio y la omisión de entrada en Gaza”.
Falta de suministros
En este marco, la OMS señaló en paralelo que no se está viendo un incremento significativo de la entrada de ayuda humanitaria a Gaza, como anunciaron las autoridades de Israel, que dijeron incluso que habría pausas en los combates con este fin, al tiempo que denunció que el sistema sanitario está “en una situación catastrófica”.
El jefe de la oficina de la OMS para los territorios palestinos ocupados, Rik Peeperkorn, dijo por teleconferencia que la ayuda no está entrando en absoluto en los niveles que se requieren. Esto se debe en parte a procedimientos que son muy lentos y engorrosos, pero además Israel sigue bloqueando la entrada de ciertos suministros, incluidos de tipo médico.
Peeperkorn recordó que, durante el alto el fuego que se mantuvo algunas semanas entre mediados de enero y marzo, ingresaban a Gaza entre 400 y 600 camiones por día. Esto, además de aliviar el hambre de la población, provocó una baja en el precio de los alimentos y una mayor diversidad en la oferta, lo que ayudó a combatir la malnutrición. En el plano sanitario, ese periodo hizo posible que la OMS renovara las reservas de los hospitales.
Nada de esto está ocurriendo ahora, según Peeperkorn, quien dijo que su organización desea reabastecer a los centros hospitalarios, en particular ante la nueva ofensiva lanzada por el Ejército israelí en consonancia con la voluntad del gobierno de ocupar enteramente la Franja de Gaza.
Actualmente, la mitad de los hospitales y una tercera parte de los centros de atención primaria están funcionando parcialmente o de forma mínima, y en todos los casos la ocupación de pacientes excede de dos a tres veces su capacidad. “Tenemos también una carencia grave de medicamentos e insumos. El 52 por ciento de los fármacos y el 68 por ciento de los suministros están a cero”, afirmó.