Desde el punto de vista contable, cuando los fondos permanecen depositados por el Tesoro en el BCRA, se contabilizan como encajes y suman a las reservas brutas. Tras ser trasladados al activo de la autoridad monetaria, pasan a formar parte de las reservas netas, disponibles para eventuales intervenciones en el mercado en un esquema de flotación administrada entre bandas. De esta manera, el stock total de divisas no varía, pero sí cambia su composición interna.
El FMI aprobó la revisión de metas y la Argentina recibirá un desembolso de USD 2.000 millones (REUTER)
Las Letras Intransferibles son títulos surgidos en 2006, cuando el gobierno de Néstor Kirchner canceló la deuda con el FMI utilizando reservas internacionales y le otorgó al Banco Central un título público en dólares no negociable. Desde entonces, este mecanismo se empleó en distintas ocasiones para que el Ministerio de Economía obtuviera divisas y afrontara compromisos de deuda externa. A cambio, entrega al Central instrumentos que no pueden venderse ni negociarse, con vencimientos a diez años, bajo interés o sin rendimiento, y con renovación automática.
Santiago Bausili, actual presidente del BCRA, introdujo recientemente un cambio en la valuación contable de estos títulos. Anteriormente, las Letras se registraban a valor técnico en pesos, calculado con el tipo de cambio oficial. Operadores del mercado señalan que este método permitía que, ante una devaluación, el valor en pesos de los papeles aumentara, generando una ganancia contable para el BCRA, que luego podía transferirse como utilidades al Tesoro.
El ministro de Economía, Luis Caputo, junto al presidente del Banco Central, Santiago Bausil (REUTERS)
Un informe de Quantum Finanzas detalló que la última operación consistió en que el Tesoro retiró fondos de las reservas por el equivalente a USD 12.002 millones. Paralelamente, por instrucción del Decreto 179/2025, recompró al BCRA Letras Intransferibles del Tesoro contabilizadas por ese valor efectivo, aunque el valor nominal original de esos títulos rondaba los USD 40.000 millones. El BCRA eliminó esos papeles de su activo y mantuvo su nivel de reservas brutas. Ahora, esas reservas son propias, clasificadas como “Otros” en el balance.
Tres meses y medio después del acuerdo Extended Fund Facility (EFF), el Gobierno y el Fondo Monetario Internacional alcanzaron un entendimiento en la primera revisión de metas trimestrales, que incluyó un ajuste en los objetivos de acumulación de reservas internacionales, un área donde el BCRA quedó por debajo del umbral mínimo previsto para esta etapa del programa.
El acuerdo vigente con el FMI presentó avances y retrocesos, especialmente en relación al tipo de cambio: la cotización del dólar descendió a mínimos de la banda de flotación y luego se aproximó al techo. La política de reservas transitó una fase sin intervención del Banco Central y, luego, una aceleración en las compras de dólares por el Tesoro junto al desarme de las LEFI (Letras Fiscales de Liquidez), lo que modificó la estrategia monetaria.
En un comunicado, el FMI destacó: “La sólida implementación de las políticas permitió una transición fluida hacia un régimen cambiario más flexible, con inflación en descenso y crecimiento económico sostenido”. El Directorio Ejecutivo remarcó el compromiso de las autoridades para salvaguardar el ancla fiscal, fortalecer el marco monetario y reconstruir reservas, sumado al impulso de reformas orientadas al crecimiento.
Sin embargo, el organismo internacional subrayó que el Gobierno no alcanzó la meta de reservas establecida para mediados de junio. “Aunque no se cumplió la meta cuantitativa de acumulación de reservas internacionales netas, se lograron otros criterios clave de desempeño y objetivos indicativos, y se implementaron medidas correctivas para acercar las reservas al objetivo establecido”, señaló el FMI.
El acuerdo con el FMI, en vigor desde hace tres meses, transitó por dificultades y ajustes entre los logros del ministro Caputo y las exigencias de Georgieva (REUTERS)
En el plano monetario, un área especialmente crítica en las últimas semanas, Kristalina Georgieva planteó que las condiciones contractivas deben sostenerse para mantener el proceso de desinflación y remonetización. Además, consideró necesario mejorar el marco monetario para una administración más eficiente de la liquidez y para mitigar la volatilidad de las tasas de interés.
Georgieva puntualizó: “Las mejoras al marco monetario permitirán optimizar la gestión de la liquidez y mitigar la volatilidad de las tasas de interés. Es fundamental que exista mayor claridad en el régimen monetario a mediano plazo para consolidar el proceso de desinflación”.