De cara a las elecciones legislativas, la ex presidente envió un mensaje al peronismo a través de Mayra Mendoza. “A militar, como siempre lo hacemos, de corazón, con la cabeza”, enfatizó.
Pese a la prisión domiciliaria que cumple desde su departamento ubicado en el barrio porteño de Montserrat, Cristina Fernández de Kirchner no se mantiene ajena a la campaña que el peronismo comenzó a fraguar para buscar una victoria en las futuras elecciones legislativas. Fue así que la ex presidente envió un mensaje para alentar a toda la militancia peronista, para que salgan a fidelizar votos.
De manera imprevista, la titular del Partido Justicialista (PJ) se hizo presente en un plenario peronista realizado en Quilmes. Bajo la consigna de organizar la campaña rumbo a la elección que se celebrará el próximo 7 de septiembre en la Provincia de Buenos Aires, el mensaje de voz que le envió a la intendente quilmeña, Mayra Mendoza, sorprendió a la militancia.
“Compañeros, compañeras, acá me dijo Mayra recién que están en un plenario como corresponde al militante, ¿no? Claro, organizándose para salir a militar más calles por el peronismo“, se le escuchó decir a través del teléfono celular de la jefa comunal, quien luego lo amplificaría en sus redes sociales.
A la vez que Kirchner le deseó “mucha fuerza” y “mucha potencia” a la militancia, remarcó que “se necesitan para que estos tipos que están hambreando a la gente tengan su merecido en las urnas”. Y concluyó la nota de voz con la siguiente frase: “Un abrazo grande y a militar, como siempre lo hacemos, de corazón, con la cabeza”.

El mensaje de la ex presidente a la militancia llegó al inicio de una nueva campaña electoral que, a diferencias de otras, sumaría una serie de factores atípicos que incrementarían la impredecibilidad de los resultados. Además de ser las primeras elecciones bonaerenses, en las que competirá el partido de Javier Milei, la participación de La Libertad Avanza (LLA) sumaría la alianza con el PRO.
Sin embargo, no solo sería una incógnita el porcentaje de votos que podría obtener la unión entre violetas y amarillos, ya que también sería objeto de análisis la influencia de cada distrito en el conteo final. Sobre todo, desde que se confirmó que, por primera vez en la historia, la Primera Sección electoral superó en cantidad de electores habilitados a la Tercera Sección, la cual comprende a La Matanza y las localidades del sur bonaerense.
Ante este panorama, el peronismo buscaría mostrar una imagen de unidad reflejada en la conformación de Fuerza Patria, un frente que englobó al kirchnerismo, el ala que responde al gobernador Axel Kicillof, y el Frente Renovador. No obstante, no pasó desapercibido en el ámbito político la falta de acuerdo entre las partes para definir a los candidatos.
Las discusiones en torno a la conformación de las listas electorales derivaron en que tuvieran que solicitar una prórroga a la Justicia Electoral, ya que no habían llegado a presentar la nómina final antes del cierre de la inscripción.

De hecho, recién a las 03:00 de la madrugada del domingo 20 de julio se conoció que el ministro de Infraestructura y Servicios Públicos bonaerense, Gabriel Katopodis, y la vicegobernadora bonaerense, Verónica Magario, habían sido elegidos como los candidatos de la Primera y Tercera Sección.
La tensión colmó la sede del peronismo en La Plata toda la noche, al punto de que se había barajado la posibilidad de que el acuerdo se rompiera. De acuerdo a una nota previa de Infobae, uno de los puntos de discusión fue el representante de la Tercera Sección, en la cual las ideas de la justicia social supieron ganar a lo largo de los últimos años.
Mientras que La Cámpora había pujado por Mayra Mendoza como cabeza de lista, la propuesta generó resistencias en el sector alineado con el gobernador Axel Kicillof. Principalmente, porque no estaban de acuerdo en que el lema de campaña fuera “Cristina Libre”.
Por su parte, el camporismo argumentó que el conflicto respondía a disputas internas en el armado del gobernador, con foco en la definición de candidaturas e intendencias y la posibilidad de listas testimoniales. Esta dinámica expuso la fragilidad del acuerdo adoptado, que surgió como resultado de la necesidad de mostrar un frente homogéneo más que de una verdadera unidad política.