La Casa Rosada no emitirá comentarios sobre lo que pueda acontecer con la líder justicialista. La posible inhabilitación obliga a repensar la estrategia electoral en la provincia de Buenos Aires
Los libertarios se plantean seriamente cuáles son los fundamentos que hacen más conveniente llevar a un candidato en ese escenario. “A una señora mayor, comunista y condenada hay que ponerle enfrente un pibe, libertario, irreprochable”, consideraba el lunes pasado una de las cuentas atribuidas al asesor presidencial Santiago Caputo.
Antes, el debate interno era qué candidato era el mejor para poder polarizar al máximo contra la mayor referente del modelo kirchnerista. En la campaña porteña había funcionado muy bien el lema “Kirchnerismo o Libertad”. La consigna va a seguir en pie, aunque su efecto puede ser menor.
Una semana después del anuncio de Cristina, una alta fuente de Casa Rosada afirma que la elección del candidato para la Tercera “puede cambiar” y ser alguien “menos interesante”. Esta lectura coincide con lo que consideran otros estrategas importantes. “Cambia todo”, agregaba un dirigente importante en la Provincia.“Nosotros no corremos atrás de la agenda de Cristina, no modificamos nada”.
Un dirigente de la Tercera afirmaba: “No altera mucho. Nosotros tenemos un piso que se refleja en cualquier escenario y que vamos a trabajar en subir pase lo que pase. Entendemos que van a haber dos frentes grandes, que en síntesis son ‘lo que no queremos más’ y el futuro, que somos nosotros”.

El alcance electoral de lo que pudiera pasar con la Corte era aún estudiado por las usinas libertarias. Por un lado, reconocen que Cristina era quien más medía en la Tercera, donde están habilitados para votar más 5 millones de personas. “Que la saquen del terreno hace que tenga que jugar un candidato menos competitivo. No está esa correlación de que la gente vaya a votar a alguien que sea puesto a dedo por Cristina”, afirmaba un estratega.
En Balcarce 50 deciden no aventurarse con estimaciones sobre cómo podría impactar esta posible noticia a nivel nacional. Pero es un hecho que a muchos funcionarios relevantes del Gobierno no les simpatizaba la idea de que Cristina Kirchner fuera condenada definitivamente.
“Es realmente un asco. Somos Guatemala, viejo. Deja de crecer soja en Argentina y ahora solo crecen paltas y bananas”, afirmaba un conocidísimo dirigente libertario a Infobae, que decía sentir “bronca” por la noticia del fallo de la Corte.
A pesar de estas consideraciones, los sectores más cercanos al Presidente mantienen la línea oficial de que la dirigente kirchnerista debe ser condenada y encarcelada. Esta postura se resume en la frase del mandatario: “Hay que clavarle el último clavo en el ataúd a Cristina”.
No obstante, en los círculos internos del oficialismo persiste el deseo de que la expresidenta pueda competir, ya que su presencia en la boleta facilitaría la estrategia electoral de los libertarios y les permitiría capitalizar el discurso anti-kirchnerista que los llevó al poder. La posición oficial entre muchos integrantes del Gobierno es “queremos ganarle a Cristina en las urnas y no en la Justicia”.
