Fuente: 903 radio – Rosario de Lerma
La política de Rosario de Lerma vuelve a estar en el centro de la polémica. Griselda Galleguillos, actual diputada provincial, ha generado malestar entre los vecinos y dentro de su propio espacio político al anunciar su candidatura a senadora sin haber completado ni la mitad de su mandato legislativo. Esta decisión ha sido vista como un claro ejemplo de ambición desmedida y oportunismo electoral.
Galleguillos, quien ya ocupó bancas en el Concejo Deliberante en varias ocasiones, ahora busca un nuevo cargo sin haber dejado una huella concreta en su actual función. Su trayectoria política se ha caracterizado más por la búsqueda de espacios de poder que por la presentación de proyectos o iniciativas que beneficien a la comunidad de Rosario de Lerma.
20 años viviendo de la política
Uno de los principales cuestionamientos hacia la diputada es su permanencia en la política por más de dos décadas, junto con su familia, sin que esto se haya traducido en mejoras significativas para los vecinos. La percepción generalizada es que su interés radica en continuar viviendo del Estado en lugar de aportar soluciones concretas a los problemas del departamento.
Un cambio de bando que genera confusión
Otro punto que genera críticas es su constante cambio de alianzas políticas. A lo largo de su carrera, Galleguillos ha transitado por distintos sectores políticos sin mantener una línea ideológica clara, lo que ha llevado a muchos a cuestionar su verdadero compromiso con el desarrollo de la comunidad. En esta ocasión, se presenta como candidata por el Frente Liberal Salteño, un espacio que, si bien reivindica la gestión del presidente Javier Milei, ha decidido apartarse del oficialismo provincial por diferencias con su conducción.
Este cambio de bando ha generado confusión y molestia entre los vecinos, quienes ven en Galleguillos a una dirigente más preocupada por su carrera política que por las necesidades reales de Rosario de Lerma.
Con un oficialismo que busca mantener su dominio en las próximas elecciones y una oposición que intenta unificarse, la candidatura de Galleguillos podría terminar siendo un factor de división dentro de su propio sector. La pregunta que queda en el aire es: ¿logrará sumar apoyos o su imagen de «la flor de la casta» terminará por alejarla del electorado?
