La joven fue sometida a una cesárea de urgencia y una hora después de la cirugía falleció. La beba nació con siete meses y presentó dificultades para respirar que resultaron fatales.
Una joven madre de 19 años y su beba murieron después del parto y sus familiares todavía no salen de la conmoción. La adolescente estaba completamente sana y había llevado un embarazo normal, sin embargo, faltando siete semanas para el gran día todo se complicó, hicieron una cesárea de emergencia y la historia terminó de la peor manera.
El confuso episodio ocurrió en Manchester, Inglaterra. Mellodie-Ocean Jarman esperaba formar una familia junto su novio, Daniel Darbyshire, de 18. Tenían todo listo para la llegada de la chiquita, pero los primeros días de febrero sus sueños se desplomaron con la muerte de la joven y de la beba recién nacida.
Las complicaciones empezaron el 31 de enero, cuando Mellodie empezó a sentirse débil y mareada mientras se dirigía a una ecografía. Sin embargo, esa primera señal de alarma fue ignorada por el médico que la atendió, que le dijo que tenía “baja cantidad de hierro”, le indicó unos medicamentos y la mandó a la casa.
Al día siguiente, la joven amaneció con problemas para respirar y no podía ver con claridad, por eso la trasladaron de urgencia al hospital. Los médicos la revisaron y le dijeron que era necesario hacer una cesárea de urgencia. Este panorama preocupó a la familia, ya que todavía faltaban siete semanas para que se cumpliera el tiempo de gestación.
Durante la madrugada del 2 de febrero Mellodie dio a luz a su beba, a quién llamó Athena-Pearl. Una hora después del parto, la joven madre murió repentinamente. Su familia no había salido de la conmoción de esa triste noticia, cuando los médicos les dijeron que la chiquita tampoco sobreviviría debido a la falta de oxígeno.
El padre de la beba estaba organizando un bautismo cuando se enteró de la segunda muerte. Las autoridades del hospital le permitieron que se llevara a la recién nacida de la morgue en un cochecito para que pudiera bañarla y bautizarla antes de sepultarla.
La mamá de Mellodie, Justine Ryan, de 52 años, no podía entender cómo había perdido a su hija y a su nieta de forma tan repentina. “Mellodie era una persona atrevida y directa que siempre decía las cosas como son. Ella sabía lo que quería en la vida y siempre encontraba el lado divertido y jocoso de las cosas. Era un auténtico personaje”, dijo con pesar.
Justine describió todo lo vivido como “profundamente traumático”, e hizo hincapié en que su hija era una persona “sana” y “sin complicaciones de salud“.
La familia todavía no obtuvo respuestas por parte de los especialistas acerca de la causa de muerte de Mellodie. Les dijeron que se está averiguando qué fue lo que pasó y esperan con ansias los resultados de la investigación para poder obtener respuestas y un poco de paz en este difícil momento.
