Dirigentes de todo el arco político francés y el sector agropecuario están movilizados con una excepcional unanimidad contra la firma del tratado en nombre de la defensa de la agricultura y el medio ambiente. “Este acuerdo no es aceptable”, advirtió el primer ministro, Michel Barnier.
Francia está en pie de guerra contra el acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y el Mercosur. Dirigentes de todo el arco político francés y el sector agropecuario están movilizados con una excepcional unanimidad contra la firma del tratado en nombre de la defensa de la agricultura y el medio ambiente.
Incluso, el primer ministro, Michel Barnier, declaró en Bruselas este miércoles que “en las condiciones actuales, este acuerdo no es aceptable para Francia y no lo será. Recomiendo que no se ignore la posición de un país como Francia”, agregó tras mantener una reunión con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
En ese escenario, la Coordinación Rural, el segundo sindicato más representativo del sector agrícola francés, prometió “una revuelta agrícola” a partir del 19 de noviembre”, con un “bloqueo del transporte de alimentos” en todo el país.
La posición francesa contrasta con los objetivos de la Comisión Europea. El órgano ejecutivo de la UE parece decidida a firmar antes de fin de año el tratado de libre comercio con el Mercosur contra el parecer de Francia. De hecho, en los últimos meses se llegó a barajar la posibilidad de concretar el acuerdo durante la cumbre del G20 que se celebrará este lunes y martes en Río de Janeiro, Brasil.
En la reunión participará el presidente francés, Emmanuel Macron, además del anfitrión, Luiz Lula da Silva y Javier Milei. Macron se reunirá con el presidente argentino en una visita previa a Buenos Aires prevista para este fin de semana.
Más de 600 parlamentarios se pronunciaron contra el acuerdo
En tanto, más de 600 parlamentarios franceses (diputados, senadores y diputados europeos) escribieron el martes a Von der Leyen para afirmar su oposición al tratado.
Para bloquear la decisión, Francia necesita una minoría de bloqueo, de por lo menos cuatro de los 27 países de la UE, en el Consejo, una instancia que reúne a los gobiernos del bloque.
Alemania y España presionan por sacar adelante el acuerdo, Polonia y Austria expresaron su oposición y otros países -como Italia, Irlanda y Países Bajos- se reservan su posición por ahora, según fuentes diplomáticas en Bruselas.
Los sindicatos agropecuarios están convocando manifestaciones, menos de un año después de una movilización histórica, con bloqueos de carreteras en toda Francia, por reivindicaciones del sector.
El sector agrícola promete una revuelta
Los productores agrícolas, que siguen denunciando la burocracia y los bajos ingresos, están golpeados por las malas cosechas y las pérdidas relacionadas con nuevas enfermedades animales y en estado de alerta por la perspectiva de una firma del acuerdo con el Mercosur.
La alianza sindical agrícola mayoritaria formada por la FNSEA y los Jóvenes Agricultores (JA) lanzó el miércoles un llamamiento a una movilización nacional de agricultores “a partir del lunes” 18 de noviembre.
Principalmente, quieren “hacer oír […] la voz de Francia” durante el G20 que se celebrará este mes en Brasil.
“Europa no debe convertirse en un colador y no puede importar productos que no respetan ninguna de nuestras normas”, declaró a la radio France Inter el presidente de la FNSEA, Arnaud Rousseau. “Nuestro objetivo no son las autopistas”, precisó y añadió que tampoco es “bloquear” ni “matar de hambre” a Francia.
Los sindicatos mayoritarios argumentan que los franceses encontrarían en sus platos más productos cultivados con pesticidas prohibidos en la UE o criados con antibióticos que activan el crecimiento de los animales.
La Coordinación Rural, segundo sindicato más representativo, promete “una revuelta agrícola” a partir del 19 de noviembre”, con un “bloqueo del transporte de alimentos”.
Un sindicato minoritario, Confederación Paisana, participó el miércoles en varias manifestaciones contra el Mercosur en Bruselas, París y en el sur de Francia.