Ruhollah Bazghandi y otros tres hombres fueron imputados por una trama de asesinato a sueldo contra la periodista iraní-estadounidense Masih Alinejad
Un alto mando de la Guardia Revolucionaria de Irán, el cuerpo militar de élite del país persa, y otros tres hombres fueron acusados este martes por el gobierno de Estados Unidos de participar en un complot para asesinar en ese país a una periodista iraní-estadounidense y activista por los derechos humanos, que vive en Nueva York, de acuerdo con el diario The New York Times.
Estos son los primeros cargos directos contra un alto funcionario de la Guardia Revolucionaria por su papel en el complot e identificado en la acusación como Ruhollah Bazghandi, -que no ha sido arrestado-, un general de brigada a quien el Departamento del Tesoro de EEUU considera un funcionario de contrainteligencia, señala además el diario neoyorquino.

Alinejad denunció en un artículo periodístico en 2020 que el régimen iraní había pedido su secuestro a través de una campaña en las redes sociales.
Indicó que los cargos muestran la participación de la Guardia en el complot y considera “muy significativo” que ahora haya pruebas de que miembros de la Guardia de mayor rango estaban en Irán y “ordenaron a un hombre en Nueva York que matara a una ciudadana estadounidense”.
La activista agregó que ahora está “más decidida a dar voz al pueblo iraní, especialmente a las mujeres, que en realidad enfrentan a los mismos asesinos dentro de su país”.

En octubre de 2017, la Oficina de Control de Activos Extranjeros, dependiente del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, designó a la Guardia Revolucionaria iraní como grupo terrorista global, afirmando que ha desempeñado un papel clave en el apoyo a la participación de Irán en el terrorismo internacional.
En abril de 2023, esta Oficina declaró que Bazghandi estaba implicado en complots de asesinato contra periodistas, ciudadanos israelíes y otras personas consideradas enemigas de Irán, junto con su participación en la detención de presos extranjeros retenidos en Irán y su implicación en operaciones en Siria del departamento de contraespionaje de la Guardia Revolucionaria, según señalaba la acusación.