Irene Cari, referenta de mujeres indígenas, compartió sus conclusiones con Nuevo Diario sobre los debates y demandas abordadas desde los feminismos indígenas. Este evento congregó a diversas delegaciones de pueblos originarios y movimientos sociales, con un enfoque en la defensa de los territorios y los derechos de las mujeres indígenas.
La representante del Foro de Mujeres por la Igualdad de Oportunidades resaltó la diversidad de participantes y la importancia de las luchas compartidas. “Nosotras hemos participado en delegación con las compañeras de la CCC, las mujeres de casas particulares, del foro de mujeres, y comunidades Lules, Tapietes y otras de Salta. Nos pusimos de acuerdo en ciertas temáticas de talleres donde íbamos a estar”, indicó, subrayando la unidad en torno a demandas comunes, como la defensa de los territorios y el agua. En este sentido, destacó que “fuimos más de 40 mujeres de distintos pueblos del país y también de Perú, Colombia y Venezuela”.
Uno de los puntos centrales del encuentro fue el análisis de las políticas públicas para los pueblos indígenas, donde, según Cari, “sobresalió el impacto que ha generado la lucha del Malón de la Paz”, en referencia a la movilización indígena contra la reforma constitucional impulsada por el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales. “Esa movilización en masa ha generado una reacción en cadena de otros pueblos frente a la política de expropiación territorial”, afirmó.
La referenta también reflexionó sobre la relación entre los movimientos indígenas y el feminismo, enfatizando que “muchas de las mujeres que estuvieron presentes dijeron: ‘No me reconozco feminista, pero respeto, porque también es la lucha de las mujeres’”. Este cruce entre luchas permitió debatir el patriarcado dentro de las comunidades indígenas, así como la violencia de género que enfrentan las mujeres indígenas. “Aún persiste la naturalización de la violencia como una cuestión privada de las comunidades”, lamentó Cari.
Violencia racializadora
En el ámbito de la educación, Irene Cari subrayó la importancia del acceso al conocimiento en lenguas indígenas y español, lo que ha permitido a muchas mujeres profesionalizarse. Sin embargo, señaló que “hay mucho cuestionamiento en el sistema educativo, en el uso de las lenguas en las aulas de las comunidades indígenas”. Además, abordó la necesidad de una salud intercultural, considerando las realidades de las comunidades del altiplano y otros territorios.
Finalmente, Irene Cari destacó la gravedad de la violencia sexual y la explotación de niñas y adolescentes indígenas, mencionando el chineo, una práctica que genera “mucha bronca e indignación”. Este tipo de violencia, señaló, está atravesada por el racismo y el extractivismo, afectando tanto a los cuerpos como a los territorios indígenas. “Todos los pueblos estamos atravesados por esa violencia racializadora y extractivista”, concluyó la referenta que durante el encuentro abrazó una bandera que rezaba de manera simbólica y convocante: “Somos agua”.
