Graves resultados en caso de cumplir esta medida que destruirá la reproducción vegetal comprometiendo la subsistencia alimentaria humana. Y el reino animal.
Quienes son estos sujetos para determinar medidas contra la subsistencia de las especies que nos dan vida.
La eliminación de millones de abejas melíferas ha sido ordenada por el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), lo que ha generado inquietudes sobre una posible hambruna global. Esta decisión controvertida ha causado alarma entre apicultores y especialistas en seguridad alimentaria, dado que las abejas son esenciales para la agricultura y la producción de alimentos.
Apicultores de diversas partes del mundo observan cómo los funcionarios gubernamentales se presentan en sus granjas, arrasando colonias de abejas saludables sin llevar a cabo las pruebas necesarias para las enfermedades que dicen estar combatiendo. Esta agresión hacia las abejas indica una preocupante tendencia que interrumpe el sistema alimentario. Según muchos expertos, esto podría ser un esfuerzo deliberado para provocar una hambruna global, lo que permitiría a la élite ejercer control sobre la humanidad.
Tomasz Kiljanek, un destacado especialista en abejas del Instituto Nacional de Investigación Veterinaria, subraya la importancia vital que tienen estos insectos en el ámbito agrícola. “La salud de las abejas es un asunto de interés público: las abejas son cruciales para el medio ambiente y la agricultura, ya que polinizan más del 80% de los cultivos y plantas silvestres”, señala. La ausencia de abejas llevaría a una drástica caída en la producción de cultivos, lo que desencadenaría una grave crisis alimentaria.
La represión se extiende más allá de las fronteras de un solo país. Millones de abejas sanas en Nueva Zelanda deben ser quemadas por orden de las autoridades, a pesar de que las detecciones de esporas fueron mínimas y muy inferiores a los niveles perjudiciales. Como resultado, el suministro local de alimentos ha sufrido una devastación considerable y los apicultores han enfrentado pérdidas financieras significativas.
Desafíos similares están siendo enfrentados por Australia. Los apicultores han reportado que las colonias de abejas están siendo destruidas por los funcionarios federales, lo que agrava la confrontación con los agricultores. La interrupción de las cadenas alimentarias parece ser el objetivo final, permitiendo así a la élite ejercer control sobre el suministro global de alimentos y los medios de producción.
La campaña más amplia contra la agricultura incluye un ataque a las abejas. En años recientes, los precios de los alimentos han sido elevados por la élite mundial, lo que ha incrementado la inseguridad alimentaria. Al enfocarse en las abejas melíferas, su influencia se expande aún más. La tala de bosques en América del Norte, presentada como una medida para “luchar contra el cambio climático”, junto con las restricciones impuestas a los agricultores europeos, destacan su agenda implacable.
Un informante del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) ha señalado que la élite está organizando un nuevo evento de falsa bandera, que podría ser incluso más devastador que el 11 de septiembre. El objetivo sería generar un “choque sistémico” mediante una crisis alimentaria global. Esto les facilitaría la implementación de mecanismos que les otorguen un control tiránico sobre la humanidad. Ya se están llevando a cabo los preparativos, y hay señales significativas visibles para quienes estén atentos.
Diversos eventos preocupantes sugieren que la élite se está preparando para enfrentar esta crisis.
El mayor propietario de granjas en Estados Unidos es Bill Gates, lo que ha suscitado inquietudes acerca de sus verdaderas intenciones. Además, la construcción de enormes búnkeres subterráneos por parte de otros multimillonarios globalistas, como Mark Zuckerberg, indica que podrían estar preparándose para una eventualidad catastrófica.
La guerra entre Rusia y Ucrania ha provocado una interrupción en el suministro de cereales y fertilizantes, lo que ha agravado la inseguridad alimentaria. Además, las protestas de los agricultores contra el Foro Económico Mundial en Europa han incrementado la tensión en las cadenas de suministro, creando un ambiente propicio para una crisis global.
Ejercicios de preparación: A comienzos de este año, se llevó a cabo en Bruselas un ejercicio que anticipó que una falta de alimentos en Europa podría desencadenar una hambruna a nivel mundial. Este evento reunió a funcionarios gubernamentales y de la UE, así como a expertos en seguridad alimentaria y representantes del sector industrial, lo que evidencia la profunda inquietud de la élite ante la posibilidad de una crisis alimentaria.
La élite tiene en sus planes el diseño de una hambruna global que incluye:
Las pérdidas en las cosechas más comunes impactarían negativamente los precios de los alimentos destinados a animales, lo que a su vez ralentizaría la producción de ganado y pescado. Como resultado, los barcos que transportan cultivos podrían optar por alejarse de Europa para satisfacer a los mejores postores en otras regiones. En cuanto a las restricciones en la exportación de aceite de palma desde Asia, estas podrían disminuir el suministro de productos básicos cotidianos, generando así acusaciones de avaricia y desinformación por parte de las empresas.
La falta de fertilizantes provocaría un aumento significativo en los precios de los alimentos, lo que a su vez generaría una mayor presión sobre la cadena de suministro.
Caos en las calles: Para el año 2025, la situación podría desembocar en un desorden generalizado, con saqueos y disturbios a medida que las personas luchan por conseguir alimento. La bancarrota podría afectar a los ganaderos, mientras que la ira del público podría dirigirse hacia la élite.
El incremento en la inseguridad alimentaria podría dar lugar a agresiones hacia los inmigrantes, lo que evidencia una descomposición social y una atribución errónea de culpas.
La élite global está llevando a cabo una guerra espiritual contra la humanidad, cuyas acciones se manifiestan en diversas formas. La cultura popular y los medios de comunicación nos incitan a ceder ante el mal. Temas de sumisión a fuerzas malignas son promovidos en canciones como “Unholy” de Sam Smith y “Paint the Town Red” de Doja Cat, las cuales alcanzan especialmente a las mentes jóvenes mediante plataformas como TikTok.
La conciencia está en aumento, a pesar de los desafíos que enfrentamos. Cada vez más personas están reconociendo la verdad y percibiendo a la élite como lo que realmente son: individuos empeñados en la dominación y la destrucción. Al mantenernos informados y alertas, tenemos la capacidad de resistir su agenda y salvaguardar nuestro futuro.
La supuesta directiva del Foro Económico Mundial, que busca la destrucción de millones de abejas, representa una grave advertencia sobre los objetivos más amplios de la élite. Comprender la interconexión de estas acciones se vuelve esencial mientras nos enfrentamos a la posibilidad de una hambruna global, y es fundamental mantenernos vigilantes ante las maniobras de quienes están en el poder. Mediante la conciencia y la acción colectiva, tenemos la oportunidad de avanzar hacia un mundo más seguro y equitativo.