Héctor J. Cámpora, había asumido la presidencia el 25 de mayo de 1973, tras ganar las elecciones en marzo de ese año como candidato del Frente Justicialista de Liberación (FREJULI), una coalición peronista. Su victoria se interpretó como el regreso del peronismo al poder después de casi dos décadas de proscripción.
Contexto Político
El regreso de Juan Domingo Perón al poder estaba en el centro de la agenda política de la época. Aunque Perón no podía postularse en las elecciones de marzo de 1973 debido a restricciones legales, su influencia era indiscutible. Héctor J. Cámpora, conocido como «El Tío», fue elegido como un candidato de compromiso que contaba con el apoyo del propio Perón y de una amplia coalición de fuerzas peronistas y de izquierda.
Presidencia de Cámpora
Durante su breve mandato, Cámpora intentó implementar una serie de reformas orientadas a la justicia social y al fortalecimiento de la democracia. Su gobierno se caracterizó por la liberación de presos políticos y por la apertura hacia sectores de la izquierda, lo que generó tensiones internas dentro del peronismo y con las Fuerzas Armadas.
Renuncia
La renuncia de Cámpora el 13 de julio de 1973 fue un paso estratégico para permitir el retorno de Perón al poder. Cámpora y su vicepresidente, Vicente Solano Lima, renunciaron con la finalidad de convocar a nuevas elecciones en las que Perón pudiera ser candidato. El objetivo era consolidar el liderazgo peronista y dar fin a la inestabilidad política que caracterizaba al país desde el derrocamiento de Perón en 1955.
La renuncia de Cámpora fue seguida por la asunción de Raúl Alberto Lastiri como presidente interino. Lastiri, quien era el presidente de la Cámara de Diputados y estaba casado con la hija de José López Rega (un estrecho colaborador de Perón), convocó a elecciones presidenciales para septiembre de 1973. En estas elecciones, Juan Domingo Perón resultó electo presidente con su esposa, María Estela Martínez de Perón (Isabel Perón), como vicepresidenta.
Consecuencias
El regreso de Perón a la presidencia, sin embargo, no trajo la estabilidad esperada. La tercera presidencia de Perón estuvo marcada por crecientes conflictos internos dentro del movimiento peronista, entre la izquierda y la derecha peronista, y por la escalada de la violencia política y social en el país. Perón falleció el 1 de julio de 1974, y su esposa Isabel asumió la presidencia, enfrentando una situación política y económica cada vez más difícil que culminó con el golpe de estado de 1976.
La renuncia de Cámpora, aunque vista como un sacrificio en favor del regreso de Perón, dejó en evidencia las profundas divisiones y desafíos que enfrentaba el peronismo y la política argentina en general en esos años tumultuosos.
