El jueves, el parlamento de Ucrania aprobó una polémica ley que regula el reclutamiento de nuevos soldados para reforzar las fuerzas ucranianas, que luchan cada vez más para resistir las incursiones de las tropas rusas. Dos años después de la invasión rusa que capturó una parte significativa del país, Kiev se enfrenta a una situación crítica. A pesar de las victorias iniciales en la guerra, el ejército ucraniano ahora se encuentra atrincherado, superado en número y armamento. La escasez de soldados y municiones, junto con la incertidumbre sobre la ayuda occidental, plantea serios desafíos.
La aprobación de la nueva ley, que tardó meses en lograrse y se espera que genere controversia, se produce poco después de que Ucrania redujera la edad de reclutamiento. La entrada en vigor de la ley dependerá de la firma del presidente Zelensky, aunque no se ha especificado cuándo sucederá.
La escalada de la campaña rusa, que ha causado estragos en la infraestructura energética de Ucrania en las últimas semanas, ha impulsado la necesidad de más tropas. Sin embargo, aún no se ha determinado la cantidad exacta requerida. La ley, que ha sido modificada para ser menos estricta que su versión original, busca identificar a todos los hombres elegibles para el reclutamiento en el país, donde muchos han evitado el servicio militar durante la guerra.
Una ley no va a solucionar los problemas subyacentes
Aunque la ley es crucial para la capacidad de Ucrania de resistir a Rusia, la falta de municiones y recursos plantea interrogantes sobre su implementación efectiva sin una mayor ayuda occidental. Los soldados en primera línea desde el inicio de la invasión rusa en 2022 no tienen opciones para descansar, y diseñar un sistema de rotación resulta complicado dado el contexto de guerra.
Los ataques rusos han causado daños significativos en la infraestructura energética de varias ciudades ucranianas, dejando a cientos de miles de personas sin electricidad. A pesar de las solicitudes de ayuda, la asistencia en defensa aérea tarda en llegar. Los recientes ataques en Mykolaiv y Odesa han provocado víctimas mortales y heridos, mientras que las instalaciones energéticas en Zaporizhzhia y Lviv también han sufrido daños.