El Gobernador insignia del kirchnerismo desplegó otro aumento del gasto público en salarios a pesar de que las arcas de la Provincia están en rojo. Se profundiza el endeudamiento y el despilfarro en una de las jurisdicciones más carenciadas del país.
Pese a que la Provincia de Buenos Aires incurrió en fuertes desequilibrios fiscales durante los últimos cuatro años, el gobernador Axel Kicillof no está dispuesto a mostrar ni el menor gesto de austeridad fiscal, algo que incluso otros gobernadores kirchneristas como Gerardo Zamora en Santiago del Estero sí están haciendo.
Pero el mandatario bonaerense, que quiere confrontar con el presidente Javier Milei ya pensando en las elecciones del 2027, anunció un aumento del 25% sobre los salarios de los empleados públicos locales, los cuales representan una de las partidas más importantes como proporción del presupuesto general.
El problema es que la Provincia de Buenos Aires no sólo no está en condiciones de afrontar esos pagos, sino que además tampoco logra cubrir sus gastos corrientes con recursos genuinos. La jurisdicción se mantiene como una de las pocas en el país que aún mantienen un rojo fiscal primario.
La exgobernadora María Eugenia Vidal había dejado un superávit financiero equivalente al 0,5% del PBG provincial, y Kicillof lo convirtió en un déficit del 0,1% en 2020, 0,2% en 2021 (pese a haber superado la pandemia), y otro 0,2% para el año 2022. Como era de esperar, el Presupuesto bonaerense para el año 2023 fue aprobado con déficit y se prepara ejecutar un nuevo proyecto deficitario para el corriente año.
El Gobernador respondió a la situación fiscal anunciando un contundente aumento de impuestos, un paquete que incluye a la tasa inmobiliaria, el impuesto automotor (patentes), y el impuesto de Ingresos Brutos (IIBB) que constituye la principal fuente de recursos dentro del presupuesto programado.
Los aumentos impositivos previstos son abiertamente insuficientes para cubrir la brecha de gastos, y por estos motivos el Gobernador pidió permiso a la legislatura bonaerense para incrementar el stock de deuda externa en US$ 150 millones. De esta manera se buscó despejar un perfil de vencimientos crediticios, y financiar gastos por obras públicas ya iniciadas.
