La Caja de Servicio Social es la obra social de los empleados públicos de los tres poderes del estado provincial de Santa Cruz. En su momento supo ser un ejemplo en cuanto a su funcionamiento y transparencia. Pero esos tiempos quedaron en el pasado. Para diciembre de 2023, la deuda acumulada llegó a casi 14.000 millones de pesos.
Desde 1964, la Caja funciona como un organismo autárquico, destinado a brindar a los empleados en actividad y pasividad y su grupo familiar, las prestaciones medico asistenciales y de asistencia económica. Por mucho tiempo fue un orgullo de todos los santacruceños, pero desde hace tiempo ha dejado de serlo. La tercerización de prestaciones significó una sangría constante de recursos al sistema privado, que la dejaron al borde del colapso.
El saqueo de las arcas de la Caja estuvo acompañado de crecientes déficits en la atención, la estructura y las prestaciones. La falta de control y de transparencia fueron las características que la caracterizaron durante los largos años del kirchnerismo.
Claudio Vidal, el nuevo gobernador de Santa Cruz, denunció públicamente su saqueo, y afirmó: “Nuestra responsabilidad y prudencia en el gasto. Por eso nuestra obsesión por volver a ordenar las cuentas, controlar cada peso; porque quiero sacar adelante a Santa Cruz. No vine a perder el tiempo, a hacer más de lo mismo, a dejar las cosas como están o a salvarme solo. Vine a contribuir, a cambiar la historia. Nos salvamos todos, o ninguno. Estoy convencido que lo haremos juntos, y lo haremos trabajando”.
Los datos presentados son contundentes: las erogaciones en vuelos sanitarios superan los 28 millones de pesos; los traslados en ambulancia están por arriba de los 26,5 millones y los reintegros varios casi suman 22 millones. Sólo en audífonos se registran erogaciones superiores a los 21 millones y los pasajes aéreos llegan casi a los 5,5 millones. Y así podría continuarse en los distintos rubros incluidos en la detallada planilla provista por el nuevo gobernador.
El kirchnerismo dejó tierra arrasada en la provincia de Santa Cruz y la Caja de Servicio Social de Santa Cruz corrió la misma suerte. No es la excepción. En cada cambio de gestión, más allá del signo político, se encuentran despropósitos similares. Por eso la condena a la “casta” convirtió a Javier Milei en presidente. Claro que nadie había entendido que para el primer mandatario, la “casta” era el pueblo y no la dirigencia. Sus inocentes votantes lo descubrieron demasiado tarde.