Un informe elaborado por el equipo del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas, da cuentas sobre el ajuste que sufre la economía argentina en el marco del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.
Para el economista Claudio Lozano, fundador del Instituto, los datos fiscales permiten constatar lo siguiente:
Hace 12 meses consecutivos, desde el breve período de Batakis hasta la actual gestión de Massa en el marco del acuerdo con el FMI, que se practica un ajuste permanente y sistemático sobre el gasto público.
El ajuste se concentró sobre el gasto público primario, el cual representa el 92% del gasto total. Esto significa que el conjunto de las partidas, con excepción del pago de intereses, se ven afectadas por la política fiscal vigente. En concreto, en el primer semestre, mientras el gasto primario se reduce un 6% interanual, los intereses por deuda se expanden en un 16,2%.
Pese al recorte del gasto efectuado, este no alcanza para cumplir con las metas acordadas con el FMI y, por lo tanto, durante el segundo semestre se deberá profundizar el ajuste con el objetivo de alcanzar una reducción del 8,5% real del gasto primario respecto al segundo semestre del año 2022.
En los primeros seis meses del año se observa la caída en los siguientes conceptos del gasto corriente:
Asignaciones Familiares: -38,6% v.i. real
Pensiones no contributivas: -18,6% real
AUH: -12,8% v.i. real
Jubilaciones y Pensiones Contributivas: -7,5% v.i. real
Transferencias corrientes a provincias: -22,8% v.i. real
Programas sociales: -0,3% v.i. real.
El gasto de capital (que sólo representa el 8, 5% del gasto total) crece un 23% en términos reales.
Mientras los subsidios económicos caen un 27% en términos reales interanual (con el respectivo efecto en tarifas), el Plan Gas que alimenta las ganancias extraordinarias del oligopolio hidrocarburífero aumenta un 105%.
Entre otras razones, el ajuste del gasto público no alcanza porque los recursos se debilitaron reduciéndose en un 9,1% por el carácter procíclico y regresivo que define al sistema tributario argentino. La ausencia de impuestos patrimoniales potentes sobre las principales fortunas y la falta de mecanismos que capturen las rentas extraordinarias que se realizan en diferentes actividades, profundizan el sesgo fuertemente desigual del ajuste en curso.
El reciente anuncio de un acuerdo con el Fondo que permitiría que el organismo internacional libere fondos para afrontar los pagos de los vencimientos por deuda en lo que resta del año, resulta explícito respecto a que el acceso a estos fondos dependerá de un mayor ajuste centrado en:
Contener la masa salarial. El Fondo considera un desvío inaceptable de la política local el hecho de que la partida correspondiente a salarios públicos haya crecido un 6,8% en el curso del primer semestre.
Focalizar la asistencia social. Dado el deterioro ya señalado en buena parte de las partidas sociales, lo que puede entenderse de este señalamiento es que el FMI considera inadecuado el incremento en las transferencias a las universidades (+5,3% real) y el aumento al PAMI (8,1% real) que son las únicas que se han expandido en alguna medida.
La racionalización de las transferencias a las provincias. Hecho este que implica profundizar lo ya ocurrido durante el primer semestre, donde estas transferencias se redujeron en un 22% real en términos interanuales.
Fuente: Revista Norte
