Murió Tina Turner, la reina del rock, con una voz única y una vida intensa

La cantante tenía 83 años y padeció una larga enfermedad. Estaba viviendo en Suiza hace mucho tiempo, alejada de la música y dedicada al budismo.Este miércoles murió a los 83 años Tina Turner, una leyenda del rock. La cantante, que padeció una larga enfermedad, estaba en su casa en Kusnacht, cerca de Zúrich, Suiza.

“Con ella, el mundo pierde una leyenda de la música y un modelo a seguir”, expresó un primer comunicado difundido por su representante.

Más tarde, las redes oficiales de la artista confirmaron la noticia: “Con gran tristeza anunciamos el fallecimiento de Tina Turner. Con su música y su pasión ilimitada por la vida, encantó a millones de fans alrededor del mundo e inspiró a las estrellas del mañana. Hoy despedimos a una querida amiga que nos deja todo su mayor trabajo: su música. Toda nuestra sincera compasión va con su familia. Tina, te extrañaremos mucho”.

Sus últimos años estuvieron marcados por problemas de salud. En 2016 le diagnosticaron cáncer intestinal y en 2017 debió someterse a un trasplante de riñón. Estaba alejada del mundo de la música y aseguraba dedicarse de lleno al budismo para hallar paz espiritual.

La artista que se reinventó pese a los peores dolores
Hay varias imágenes icónicas de Tina. Las ciudades principales de su país, o las giras interminables por Europa. Noches memorables de Wembley, el Madison Square Garden, el Staples Center y otros escenarios, siempre rodeada por bailarinas y coristas increíbles. El canto y el baile, sacudiendo multitudes.

Era la Tina que se había reinventado luego de los triunfos iniciales, con temas como Orgullosa Mary. Luego llegaron hits como What’s Love Go to Do with It y The Best, dejando atrás los dolores de la etapa del dúo Ike & Tina.

Esa nueva Tina llegó al estrellato del pop y, finalmente, encontró su redención. Tuvo un homenaje en el Kennedy Center rodeada por toda la “crema” cultural, social y política de su país, cuando Beyoncé cantó especialmente para ella, en su mismo estilo.

Luego llegaría el último casamiento y el retiro a un bucólico paisaje suizo. Se había casado con un ejecutivo alemán, Erwin Bach, y se marcharon a un castillo junto al lago Zurich, que costó 70 millones de dólares. Los recuerdos se desvanecían.

“Aquí me siento como en casa, me siento serena. Ya no canto, ni bailo, ni me arreglo. Voy de compras y disfruto de la compañía de mi marido, encantada de estar así”, le dijo a The New York Times.

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