Senadora rumana declara que Estados Unidos ‎provocó el sismo en Turquía y Siria

La senadora rumana Diana Ivanovici Sosoaca (foto) observó ante el parlamento de su país que:
Un minuto antes de que los dispositivos sismográficos detectaran el terremoto en Turquía ‎y Siria, los gasoductos y oleoductos turcos interrumpieron su tráfico (Nota de Red Voltaire: ‎Por ahora, esta es la única revelación que no hemos podido comprobar).‎
24 horas antes del sismo, 10 países occidentales retiraron sus embajadores de la capital turca.
Cinco días antes del sismo, varios países occidentales –entre ellos Rumania– advirtieron a sus ‎ciudadanos que no debían viajar a Turquía, sin justificar su advertencia.‎

Hasta este momento se han registrado más de 150 réplicas del sismo que enlutó Turquía y Siria. ‎El temblor más violento no fue el primero sino el segundo. Ese segundo temblor no tuvo un ‎epicentro definido sino que se produjo a lo largo de una falla (a lo largo de cientos de ‎kilómetros), hecho singular en la historia de los terremotos. Se estima que otras réplicas ‎pueden estar a punto de producirse, incluso en Estambul, la ciudad más poblada de Turquía. ‎

Es importante señalar que 15 firmas turcas están reexportando hacia Rusia material adquirido en ‎Estados Unidos –por un valor ascendente a 18,5 millones de dólares [1]. ‎

El sismo tuvo lugar precisamente después de que Turquía rechazara las exigencias del subsecretario del ‎Tesoro estadounidense, Brian Nelson, quien viajó a Ankara con la misión de poner fin a las ‎exportaciones turcas a Rusia [2] y de lograr que ‎el gobierno turco ya no se oponga la adhesión de Suecia a la OTAN. ‎

Como hemos señalado repetidamente en Red Voltaire, el 26 de septiembre de 2022, ‎el presidente estadounidense Joe Biden dijo públicamente, en medio de una conferencia conjunta ‎con el canciller alemán Olaf Scholz, que, en caso de que Rusia invadiese Ucrania, Estados Unidos ‎pondría fin al gasoducto Nord Stream 2. Poco después, la subsecretaria de Estado Victoria ‎Nuland hizo una declaración similar durante una audiencia ante el Congreso de Estados Unidos ‎‎ [3].‎

También vale la pena recordar que:‎
Durante la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos puso a prueba –con éxito– la manera de ‎provocar tsunamis. Así lo demuestran documentos desclasificados de Nueva Zelanda [4].
Al final de la guerra de Vietnam, Estados Unidos y la Unión Soviética decidieron abstenerse de ‎todo acto de guerra vinculado al uso del medioambiente y firmaron una «Convención sobre la ‎Prohibición de utilizar técnicas de modificación del medioambiente con fines militares o con otros ‎fines hostiles» (1976) [5]. Ese Tratado –que Francia no ha firmado– prohíbe «todas las ‎técnicas cuyo objetivo sea modificar –a través de una manipulación deliberada de procesos ‎naturales– la dinámica, la composición o la estructura de la Tierra», lo cual evidentemente ‎incluye la posibilidad de provocar terremotos.
A raíz de la disolución de la Unión Soviética, Estados Unidos reclutó a los científicos ‎ex soviéticos que habían participado en el programa denominado “Pamir”, mediante el cual ‎se había logrado provocar terremotos [6]‎

En 2010, Red Voltaire ya planteaba esa interrogante. En aquel momento observábamos que ‎el terremoto que había devastado Haití tuvo lugar precisamente al inicio de un ejercicio del ‎Pentágono supuestamente destinado a coordinar y desplegar ayudas privadas en zonas de ‎desastre [7]. ‎

Por su parte, la senadora rumana Diana Ivanovici Sosoaca va más lejos e interpreta todos esos ‎indicios como elementos que demuestran que Estados Unidos provocó el terremoto en Turquía ‎y Siria.‎

Lo que sí ya está fuera de duda es que la administración Biden no siente compasión por las ‎víctimas ya que ha prohibido todo despliegue de ayuda occidental en Siria, exceptuando ‎la parte de la región siria de Idlib que aún está bajo control de los yihadistas entrenados, ‎financiados y armados por Occidente. ‎

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