Desde Chile Dr. Dan Macias
Desde mayo de 2020, en Chile se observó un aumento en la mortalidad general, es decir, en comparación con años anteriores hubo un aumento en el total de defunciones por todas las causas, y miles de esos fallecimientos fueron atribuidos a un síndrome llamado Covid19, señalado como el causante de ellos. Para prevenirlos, el Ministerio de Salud (MINSAL) del Gobierno de Chile, desde fines de diciembre de ese año, incitó a la población chilena a dejarse inocular con sustancias farmacéuticas experimentales aparentemente diseñadas contra Covid19, que no habían estado disponibles durante todo el 2020, y llegaron a estarlo luego de un escandaloso (y convenientemente apresurado) proceso en cuanto a lo ético y lo científico. Es decir, el año 2020 el país de Chile se encontraba sin “vacuna”, pues no había nadie vacunado. El año 2021, el país contaba con “vacuna” ya que en septiembre de 2021 se encontraba inoculado el 87% de la población objetivo.
En Chile, la inoculación con esas sustancias como medida sanitaria contra Covid19 inició el 24 de diciembre de 2020: en esa fecha comenzó la administración de la primera dosis (que para muchos chilenos fue la última) y la cantidad inicial de personas que se sometió a recibir al menos una primera dosis fue de 18.080.468 chilenos. La tercera dosis empezó a ser administrada el 11 de agosto de 2021 y hubo una llamativa disminución en la cantidad de personas que se presentaron a recibir la tercera dosis: sólo fueron 15.702.449, es decir, casi tres millones menos que los que recibieron la primera. Y aunque el proceso de vacunación con cuarta dosis contra Covid19 se inició el lunes 10 de enero de 2022, hasta el 5 de diciembre del mismo año, es decir, luego de once meses (casi un año) de haberse iniciado dicha campaña gubernamental, son 11.683.504 los chilenos que recibieron la cuarta dosis contra Covid19, es decir, casi siete millones menos que los que recibieron la primera. Estos son datos del DEIS (Departamento de Estadísticas e Información de Salud) del MINSAL actualizados al lunes 5 de diciembre de 2022 con datos del día anterior, por lo cual se trata de cifras oficiales.
Es curioso que haya habido un derrumbe tan espectacular de la aceptación de estas inoculaciones experimentales por parte de los chilenos, y ante un fenómeno de esta magnitud es natural buscar explicaciones. ¿Por qué cada vez se presentaron menos personas en los vacunatorios? Surgen al menos tres explicaciones posibles: (1) las personas que no se presentaron fueron aquellas que fallecieron luego de ser inoculadas; (2) las personas que no se presentaron fueron aquellas que sufrieron secuelas luego de ser inoculadas; (3) las personas que no se presentaron fueron aquellas que adoptaron una actitud escéptica respecto a la necesidad, eficacia y/o seguridad de la inoculación (ejemplo: observaron las secuelas desarrolladas por sus familiares y cercanos). Es decir, aquellas personas que sobrevivieron a las “vacunas contra Covid19” (los que no murieron tras ser inoculados) desarrollaron la sospecha de que el remedio podía ser (o estaba siendo) peor que la enfermedad misma.
Los años 2018 y 2019 tuvieron una mortalidad semejante a la de años previos, pero eso cambió el año 2020 con las defunciones que fueron atribuidas a Covid19, pues hubo un notorio aumento ; sin embargo, durante el año 2021, habiendo encontrado una “vacuna” anunciada como eficaz y “segura”, debería haber disminuido la mortalidad o haber dejado de aumentar, es decir, haberse mantenido (si es que el remedio hubiese sido útil o efectivo). Aunque eso era lo esperable, no se concretó y los hechos demuestran que la mortalidad general no disminuyó sino que, al contrario, aumentó más y la desconfianza y el resentimiento de los chilenos (especialmente de los secuelados) contra las múltiples inoculaciones recibidas es cada día mayor.
¿Cuánto aumentó la mortalidad general de los años 2020 (sin “vacuna”) y 2021 (con “vacuna”) en Chile, respecto al promedio de los años 2018 y 2019, en distintos rangos etarios? Estos son los datos del DEIS:
_30 a 34 años:_ aumentó 15% (sin “vacuna”) y 32% (con “vacuna”).
_35 a 39 años:_ aumentó 10% (sin “vacuna”) y 23% (con “vacuna”).
_40 a 44 años:_ aumentó 13% (sin “vacuna”) y 29% (con “vacuna”).
_45 a 49 años:_ aumentó 15% (sin “vacuna”) y 31% (con “vacuna”).
_50 a 54 años:_ aumentó 14% (sin “vacuna”) y 30% (con “vacuna”).
_55 a 59 años:_ aumentó 20% (sin “vacuna”) y 37% (con “vacuna”).
_60 a 64 años:_ aumentó 25% (sin “vacuna”) y 36% (con “vacuna”).
_65 a 69 años:_ aumentó 24% (sin “vacuna”) y 35% (con “vacuna”).
_70 a 74 años:_ aumentó 20% (sin “vacuna”) y 29% (con “vacuna”).
_75 a 79 años:_ aumentó 20% (sin “vacuna”) y 29% (con “vacuna”).
_80 años y más:_ aumentó 14% (sin “vacuna”) y 24% (con “vacuna”).
El año con vacuna es el año 2021, considerando que durante los doce meses de ese año los chilenos recibieron 3 (tres) dosis de las mal llamadas “vacunas” contra Covid19, es decir, una dosis cada cuatro meses. Específicamente, los chilenos empezaron a recibir la primera inoculación el 24 de diciembre de 2020, es decir una semana antes de comenzar el año 2021, y la inoculación de la cuarta dosis inició el 10 de enero de 2022, es decir, practicamente una semana después de haber terminado el año 2021.
Considerando la mortalidad general del promedio de los años 2018 y 2019 en Chile (es decir, la mortalidad en años previos al surgimiento de este fenómeno sanitario llamado Covid19) y comparándola con la mortalidad general observada en el año 2020 y 2021, es evidente y efectivo que el año 2020, cuando no había nadie “vacunado” contra Covid19, hubo un aumento de la mortalidad general en Chile. Pero también es evidente y efectivo que tras “vacunar” contra Covid19 el aumento de la mortalidad fue mayor que el que hubo antes de iniciar la vacunación. Ante esta asociación entre “vacunas” y aumento de mortalidad general, el MINSAL debe considerar la posibilidad de que posiblementeel remedio fue peor que la propia enfermedad.