“No se necesitaba —piensa— tener mucha habilidad para cometer el crimen perfecto en aquellas lejanas soledades…”
La botella de caña Francisco Coloane
El domingo 28 de agosto fue el último día en la vida de Martín Miguel Romano, un chaqueño de Rivadavia banda sur, de 38 años. Lo encontraron a las cinco de la mañana sentado en el asiento del acompañante de su camioneta con un rifle entre las piernas y sus alpargatas acomodadas fuera de la cabina. Aparentemente se había suicidado disparandose en la boca.
Era un hombre de campo, grandote y alto, con parientes que no viven en el pueblo. La tarde anterior se había mensajeado con una hermana de Orán sin la voz ni el ánimo de una persona próxima a quitarse la vida. Eso más un entierro apurado, más el cuchicheo de que al Martín lo habían matado, más la indefinición del caso en la Justicia, las tienen sospechando.
Creen que deberían investigar un homicidio. Martín era un gaucho muy querido en la zona. Tenía esposa y dos hijos.
FUENTE: Revistafueradelaley.com.ar