“El quiosquero”
Por Juan Carlos Quiroga Julio de 2022
Eduardo “Mingo” Gulone, Psicólogo social, 70 años, trabaja hace 42 años en su puesto de diarios de la localidad de Ituzaingó Buenos Aires, con su esposa militan juntos en la Confederación Socialista Argentina, que pertenece al Frente de Todos.
Dijo: “Yo pienso que como militantes y seres humanos tenemos que repudiar lo que no nos gusta, tenemos que enfrentar democráticamente a la derecha con actitudes como la mía. El video se viralizó. Yo que soy psicólogo social, digo que en la sociedad hay un emergente que dijo lo que a la gente le gustaría decir. No es una actitud heroica y valiente, me da bronca que digan eso, porque cualquiera puede decírselo a un tipo que nos endeudó a mí y a mis hijos”.
“Quiero pedir la libertad de Milagros Sala y los presos políticos”.
Digo yo: Mingo, comenzaste con tu quiosco en 1994, cuando tenias 28 años, entiendo recién recibido de psicólogo social, en pleno auge de la entrega de argentina que hizo Cavallo-Menem, con los tratados de paz por la guerra de Malvinas, ¿y hablas de endeudó? ¿y defendés a una ladrona y violadora de derechos sociales poniéndola como presa política? Debo darte las gracias, Mingo, me hiciste ver que la mayoría de los bonaerenses, porteños y habitantes del conourbano, tienen mutilada su percepción histórica en economía, política, sociedad, educación, y eso los lleva a una desconsideración y minimización republicana que es lo que nos hunde en un ostracismo egoísta, como plantea Rousseau, ni un poco de pensamiento superador, que es comprensible porque no se tiene el conocimiento de algo diferente, no se conoce lo que trascendió si no a través de un conocimiento apropiado de acuerdo a lo vivido en el entorno, un oficio de repartidor de diarios, en una ciudad contaminante, dependiente, e improductiva.
Pasé mi infancia y adolescencia en esa ciudad, vi como la contaminábamos a futuro, sin saberlo, vi como hubo una ola de inmigración de tucumanos que fueron despojados de sus trabajos cuando el gobierno de turno puso los intereses financieros internacionales por encima de la industria nacional, sin importarles un carajo el futuro de nuestros nietos, lo mismo que siguieron haciendo hasta ahora. Porque el “tome y traiga” la cultura del mercado, es la única zanahoria que vimos siempre, salir repartir el diario y cobrar la ganancia, de vez en cuando hacer caridad para mitigar la vergüenza de ver pobres, que mi misma actitud genera, con una frase te defino esto, desaprensión por ignorancia.
Tuve que venir a Salta para ver de lejos la perspectiva de una república atrofiada, en donde aprendí el dicho: “que sabe el chancho de confites si nunca fue confitero” algo que se aplica a todos los representantes que elegimos para gobernar, que toman decisiones sobre el comercio y la industria y nuca tuvieron ni un mísero negocio con empleados y lo llevaron al éxito, en esto estimado Mingo, no entra un quiosco de reparto de diarios, emprendedurismo en argentina es ser aprendiz de esclavo, algo que un quiosquero exento no entiende, por más que estudie psicología social, ¿qué sabe el verdulero del señoreo bancario, de intereses crediticios usureros e ilícitos?, cuando cualquiera para justificar lo injustificable, y proponer comodidad a su zona de confort, dice: “es por ley”.
Gracias Mingo, por ampliar esta visión social de los habitantes de mi república, me hizo ver lo inamovible, el punto ciego, la necedad, me hizo reconciliar mi utopía altruista con el pobre horizonte mezquino que tenemos.