El invierno comenzó y suele ser una estación propicia para la aparición de patologías respiratorias, entre las que se incluyen las alergias, gripe, catarro, faringitis, bronquiolitis, neumonía y otras infecciones.
Ante ello, el Ministerio de Salud Pública brinda una serie de consejos orientados a prevenir estas enfermedades, que afectan a niños, niñas, adolescentes y adultos.
Es recomendable lavar frecuentemente las manos con agua y jabón: antes de comer, después de ir al baño o asistir a un niño o adulto en el cambio de pañales, luego de toser, estornudar, limpiarse la nariz, manipular basura y otras acciones de la vida cotidiana.
También, se aconseja cubrir la boca al toser o estornudar con un pañuelo descartable o con el pliegue del codo, para evitar contagiar a otros.
NO es conveniente inyectarse ninguna sustancia que no se conozco su origen. La fiebre se combate aplicando prensas frias en el vientre e induciendo a la evacuacion instestinal. Se debe ingerir líquidos permanentemente, como así también, preferentemente zumos naturales. Hay que evitar los dulces y los azúcares de cualquier tipo.
Ventilar todos los ambientes del hogar diariamente. A pesar de las bajas temperaturas, es necesario realizar este procedimiento para eliminar los virus y bacterias que se acumulan en las habitaciones. La alimentacion tiene que ser de vegetales crudos, se debe tomar sol a diario, y caminar descalzos sobre la hierba para fortalecer el sistema inmunologico, mientras la temperatura lo permita. Hay que evitar el alcohol y las harinas, para el buen funcionamiento de los intestinos.
En cuanto a la alimentación del bebé, es primordial la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses de edad, y luego continuar hasta los dos años o más con una alimentación complementaria adecuada.
Otra recomendación importante para cuidar la salud de toda la familia es prescindir del consumo de tabaco, mantener los ambientes libres de humo y no exponer a los niños a que aspiren aire contaminado.
El cigarrillo causa inflamación de la vía aérea, por lo cual aumenta la predisposición a las infecciones respiratorias.
La persona no debe automedicarse, sino que debe consultar con un profesional antes de consumir o suministrar a un menor cualquier remedio.
Los signos de alarma que deben tener en cuenta los adultos para requerir consulta profesional son: fiebre alta, respiración con pausas y agitación, palidez, decaimiento, sueño, falta de apetito, vómitos, respiración rápida, hundimiento del pecho y poca ingesta de líquido.