La OMS y un futuro infeliz asegurado: “No serás dueño de nada, pero serás feliz”

Como si no fuera suficiente el errático y peligroso desempeño que tuvo la Organización Mundial de la Salud (OMS) tras declarar la “pandemia” de covid-19, surgió la idea de elaborar un tratado por el cual se le otorgue a esta desprestigiada entidad sanitaria internacional el poder de decidir el accionar que adoptarán los países miembros ante una posible futura pandemia -cuya definición fue modificada en 2009-. Se trata de un plan que, entre otras cosas, privaría a las naciones del derecho a determinar sus propias políticas sanitarias en caso de desatarse una situación similar a la del coronavirus.

En una sesión especial, sólo la segunda de este tipo desde la fundación del organismo en 1948, la Asamblea de la Salud de la OMS se reunió en diciembre de 2021 para adoptar un acuerdo titulado: “El mundo unido”. Así, la Asamblea de la Salud estableció un órgano de negociación intergubernamental para redactar y negociar el “Acuerdo de la OMS sobre Preparación para las Pandemias” en el marco de la Constitución de la OMS. Sin embargo, el acuerdo no se limita a las pandemias. El órgano de negociación intergubernamental también tiene instrucciones de abordar “la producción no sustentable de alimentos y la cría de ganado, el comercio de animales silvestres, los estilos de vida y el consumo intensivo de recursos, la destrucción de los ecosistemas, la resistencia a los antimicrobianos y el aumento de las cifras de cáncer”, junto con una serie de otras cuestiones. Un acuerdo vinculante de este tipo impediría, por ejemplo, que países como Suecia se negaran a disponer confinamientos y mandatos dentro de sus fronteras, como lo ha hecho durante el covid.

La Constitución de la OMS sustituiría literalmente las constituciones de las naciones individuales en el ámbito de la ‘prevención, preparación y respuesta ante una pandemia’. Un desastre tal y como yo lo veo, cuando se trata de nuestros derechos individuales, nuestra soberanía nacional y nuestro modo de vida”, alertó la doctora Katarina Lindley, médica de familia, integrante del comité directivo del World Council for Health (Consejo Mundial para la Salud).

En una entrevista con La Prensa, Lindley se refirió a este inquietante tratado y a una cuestión que hoy le resulta más preocupante aún: una serie de enmiendas al vigente Reglamento Sanitario Internacional (RSI), que data de 2005.
“En enero de este año la delegación de Estados Unidos en la OMS presentó enmiendas al RSI, que serán votadas durante la Asamblea General del 22 al 28 de mayo de este año. Si se aprueban, estas enmiendas permitirán a los directores de salud regionales declarar una ‘emergencia de salud pública de interés regional’, sin el acuerdo del país en cuestión. También permitiría a los directores generales determinar los criterios necesarios para declarar una Emergencia de Salud Pública de Interés Internacional o una Alerta Sanitaria Intermedia, todo ello eludiendo las leyes y la soberanía de los países miembros”, detalló Lindley.
– ¿Cuáles son los riesgos del “tratado pandémico”? ¿Por qué el Consejo Mundial para la Salud inició la campaña #StopTheTreaty (Dentengan el tratado)?
– Nos enteramos del “tratado pandémico” el año pasado. Ellos se reunieron en enero de este año y esbozaron lo que sucedería con el tratado pandémico y empezaron a negociarlo en marzo. El modo en que funcionaría el tratado pandémico sería ante un evento de otra pandemia. Permitiría a la OMS encargarse de la respuesta a la pandemia y los artículos 19, 20 y 21 de su Constitución determinan que la Asamblea de Salud debe tener autoridad para adoptar regulaciones respecto de las disposiciones de cuarentenas y otros procedimientos para prevenir la propagación internacional de la enfermedad, también pueden cambiar el nomenclador relativo a las causas de muerte, enfermedades y prácticas de salud pública. Además, puede decidir qué procedimientos diagnósticos se utilizarán internacionalmente, los estándares de seguridad y los productos farmacéuticos a utilizar en toda la comunidad internacional. Por lo que entendemos, este tratado pandémico permitiría que la Constitución de la OMS -con estos artículos que mencioné, 19, 20 y 21- sustituya la constitución o leyes de un país. Están trabajando en ello y votarán sobre esto en 2024. El modo en que funciona en Estados Unidos es que, si hay un tratado como este, necesitaríamos que dos tercios de nuestro Senado ratifique el tratado, antes de que sea parte de nuestras leyes. Por lo que cada país tiene una respuesta diferente a esto. Es muy importante que cada país vea qué pasaría si la OMS lo aprueba, cómo se convertiría en una ley o en parte de la constitución de su país. Por eso empezamos la campaña #StopTheTreaty en el World Council for Health. Y, más recientemente, hace diez días, descubrimos algo incluso más preocupante que el tratado pandémico: las enmiendas que propuso la delegación de Estados Unidos. Algunas de las enmiendas que Estados Unidos propuso, de ser aprobadas, permitirán que ministros de salud regionales declaren emergencias de salud pública de interés regional, sin el consentimiento del país involucrado. Y otra enmienda otorgará poderes al director general para determinar los criterios necesarios para declarar una emergencia de salud pública de interés internacional o una alerta de salud intermedia. Estas enmiendas serán votadas ahora, entre el 22 y 28 de mayo próximo, en Ginebra. Si son aprobadas, cada país tendrá una manera diferente de incorporarlo a sus leyes. Está el peligro de que estas enmiendas se conviertan en parte de nuestra ley en un plazo de seis meses… Todos deberemos averiguar en qué tipo de peligro estamos y cuán rápido pueden ser incorporadas a nuestros propios países.
– ¿En caso de aprobarse el tratado pandémico, ante una situación como la del covid, los países no podrán tomar sus propias decisiones sobre cómo manejar la epidemia y qué medidas implementar?
– Sí, todos los países miembros tendrán que acatar y será la OMS la que orqueste la respuesta globalmente. El Dr. Tedros dice que “Sólo podemos prevenir futuras pandemias con un enfoque integrado de ‘Una sola salud’ para la salud pública, la sanidad animal y el medio ambiente que compartimos. Ahora es el momento de llevar nuestra alianza a un nuevo nivel”. Si uno escucha sus discursos recientes, no deja de repetir “una salud, un mundo”. Creo que lo que la OMS está tratando de lograr es esta respuesta centralizada a cualquier tipo de emergencia por una pandemia u otras cosas que ocurran, que luego pone todas nuestras soberanías en peligro. Porque la Argentina podría responder a una pandemia de manera diferente a Estados Unidos, en base a su población, el modo en que funciona su sistema de salud y otros factores. Todos somos únicos, pero con este abordaje global de la OMS están tratando de crear un mundo. Con este enfoque centralizado, nos sacarán nuestra individualidad.
– Y lo que es peor, nuestra libertad…
– Exactamente. ¿Puedes imaginarte una entidad por la que no hemos votado, porque como ciudadanos no votamos por la OMS, que venga y nos diga ‘tienen que hacerlo de esta manera, porque esto es lo que nosotros decimos’. Y que vengan personas con otras culturas, de diferentes mundos, a decirte cómo manejar tu propia vida… Como seres humanos, nacemos libres y queremos permanecer libres.
 Esto es aún más preocupante si tenemos en cuenta el desempeño de la OMS frente al covid-19, brindando lineamientos sin sustento científico, como el uso de barbijo, los confinamientos… y otras medidas de mitigación que se probó que eran erradas.
– Definitivamente. En Uttar-Pradesh tenían un kit que incluía ivermectina y allí no tuvieron tantos casos de covid como en los demás lugares, pero la OMS -con la participación de los países- puso propaganda de que no se podían utilizar ciertos medicamentos. Siendo médica y practicando la medicina, cuando todo esto comenzó, la mayoría de nosotros pensó entremos en acción, dilucidemos qué funciona y usémoslo. Porque no hay ninguna enfermedad en el mundo para la que no se pueda encontrar algo que pueda ayudar. Incluso en el caso de las cosas más peligrosas, quizás no necesariamente se curen todavía, pero se puede descubrir cómo ayudar a las personas. Esta es la primera vez en la historia de la Medicina que les hemos dicho a los pacientes que se queden en su casa y no vengan a menos que no tengan aliento y si es así, que vayan al hospital. Nunca hemos hecho eso. Y, de hecho, yo nunca lo hice. Empecé a tratar a mis pacientes desde el principio. Querían que nos sintiéramos impotentes para que ellos puedan apoderarse de nuestras vidas y hacerse indispensables, diciéndonos tienen que hacer esto o lo otro. Inicialmente estuvo bien. Pero a medida que continuó, empezamos a darnos cuenta de que no tenía sentido y nos empezamos a dar cuenta de que todas estas entidades tienen demasiado poder sobre nosotros. Esta no es la manera en que la mayoría de los humanos quiere vivir.
– ¿Cuál es la agenda oculta detrás de las enmiendas al RSI y el tratado pandémico? ¿Quién se beneficiará con esto?
– Es una pregunta difícil. Quizás se trate de centralizar la respuesta del mundo, lo cual en mi opinión es el camino equivocado porque cada país tiene su propia manera de hacer las cosas y debemos permitir que los países permanezcan soberanos, libres, y que sean las personas que viven allí las que decidan lo que es mejor para ellas. Ese es uno de los objetivos. En cuanto a la agenda final, es difícil de decir, pero algo que se me ha revelado es que la OMS está financiada por muchos aportantes privados y cuando vemos este tipo de cosas debemos empezar a preguntarnos cuál es la función real, el propósito y el objetivo final porque no parece que sea pensando en personas comunes como usted y yo.
– El tema de los sponsors es de extrema importancia porque al fin de cuentas serán los que tomen las decisiones una vez que la OMS logre asegurarse el poder mediante estas regulaciones y el tratado pandémico. ¿Esas decisiones serán a favor de la salud de las poblaciones o en beneficio de ciertas compañías e intereses particulares?
– No quise cavar demasiado profundo porque creo que estaría decepcionada de la naturaleza de muchas personas si lo hiciera. Pero incluso en la superficie, cuando uno piensa que estas personas que son donantes son las que están haciendo dinero con diferentes tests o con terapéuticas… si realmente tuvieran benevolencia y amor por los seres humanos, todo esto sería gratuito y nadie tendría que estar pagando por todo esto. Porque en estos últimos dos años algunas personas se han hecho más y más ricas, mientras que otros de nosotros hemos sufrido. Al menos en Estados Unidos, y supongo que será así también en la Argentina, las empresas pequeñas debieron cerrar. La razón por la que están haciendo cerrar las pequeñas empresas es porque tienen independencia de pensamiento, es gente trabajadora, que quiere tener éxito, no son influenciadas por el “gran hermano”. Si se eliminan más y más pequeñas empresas, está todo cada vez más centralizado. Yo crecí en el comunismo y sé lo que es cuando se tiene este poder sobre la vida de todos, ese poder se hace corrupto. La única manera en que la gente puede vivir con prosperidad y felicidad es si dejas a los individuos tomar decisiones. No necesitamos todas estas directivas diciéndonos hagan esto o hagan lo otro. El sentido común y el amor por el prójimo es todo lo que necesitan las personas pero están realmente tratando de sacarnos eso y decirnos “si te portás bien, esto es lo que puedes hacer”. No hablamos aún de los pasaportes digitales, pero la OMS – en febrero- firmó un contrato con Telekom, una compañía alemana para implementar los pasaportes digitales. Si pensamos en los pasaportes digitales y lo que han hecho en otros países totalitarios, empezaron a asignarle al comportamiento social un sistema de puntaje que permite a las personas hacer algunas cosas en función del puntaje que tienen. Ese no puede ser el tipo de vida que queremos vivir.
Si el tratado pandémico o las enmiendas al RSI (que es la principal emergencia ahora mismo porque será votada en mayo en Ginebra) avanzan, tendremos un corto periodo de tiempo para rechazarlo y ver cómo logramos que esto no se convierta en ley. El hecho de que la OMS lo apruebe, no significa que sea un hecho. Depende de nuestros países adoptarlo. Y por eso es que debemos concientizar a las poblaciones para que manifiesten a sus gobiernos que no quieren esto. Soy médica, pero me gustaría que los abogados también se involucren y vean en nuestras propias leyes para que nos indiquen cuál es la forma de escapar de este tratado y de estas regulaciones.

Pero como si todo lo antes expuesto no sería una situación alarmante, se conoció que en el Foro de Davos se expusieron varios puntos bastante inquietantes que pasaron desapercibidos para la humanidad. Y merece la pena exponerlos a continuación:

El primer punto indica que: “No serás dueño de nada, pero serás feliz”, sostiene, casi como un homenaje a aquella distopía de Aldous Huxley “Un Mundo Feliz”. ¿Qué implica para el Foro de Davos que no dispondremos de propiedades? Veamos cómo lo explica en el artículo adjunto a la publicación: “Todos los productos se habrán convertido en servicios. “No tengo nada. No tengo auto. No soy dueño de una casa. No tengo electrodomésticos ni ropa””, el ser humano dejará de ser propietario (nada muy alocado luego de la crisis económica global a partir del Covid-19) y pasará a ser un mero usuario de elementos que le proveerá el sistema, cabe preguntarse: ¿a cambio de qué?

Y se explaya en la descripción: “Ir de compras será un lejano recuerdo en la ciudad de 2030, cuyos habitantes se han abierto a las energías limpias y piden prestado lo que necesitan. Suena utópico, hasta que se menciona que cada uno de los movimientos son rastreados y fuera de la ciudad viven franjas de descontentos, la descripción definitiva de una sociedad dividida en dos”.

Si bien no explica cómo la parte de “esa sociedad dividida en dos” podrá acceder a dichos servicios, si bien para ese futuro de robotización sin trabajo (ya el Foro ha expresado que para 2025 el 50% del trabajo lo realizarán las máquinas).

La idea que promueve Davos es que todos dependan del acceso a la “renta básica universal“. La cuestión ecológica y del “Cambio Climático” resulta central para la reorganización del sistema capitalista que plantea el Foro Económico Mundial: “Existe un precio global para el carbono. China tomó la delantera en 2017 con un mercado para negociar el derecho a emitir una tonelada de CO2, lo que encamina al mundo hacia un precio único del carbono y un poderoso incentivo para deshacerse de los combustibles fósiles, predice Jane Burston, directora de Clima y Medio Ambiente en el Laboratorio Nacional de Física del Reino Unido. Mientras tanto, Europa se encontrará en el centro del comercio de paneles solares baratos y eficientes, ya que los precios de las energías renovables habrán caído abruptamente”.

Este reordenamiento mundial tiene su contraparte en la hegemonía de las distintas potencias en el que el globalismo avanza hacia estructuras por fuera de EEUU como exclusivo anfitrión: “Se acabó el dominio de Estados Unidos. Tenemos un puñado de potencias globales. Los estados nacionales habrán regresado, escribe Robert Muggah, director de investigación del Instituto Igarapé. En lugar de una sola fuerza, un puñado de países, entre ellos Estados Unidos, Rusia, China, Alemania, India y Japón, muestran tendencias semiimperiales. Sin embargo, al mismo tiempo, el papel del Estado se ve amenazado por tendencias que incluyen el auge de las ciudades y la difusión de identidades en línea”.

También se muestra un futuro de creciente integración del cuerpo humano con la tecnología, tal como siempre lo soñó el transhumanismo: “Adiós hospital, hola hogar-spital. La tecnología habrá avanzado aún más contra las enfermedades, escribe Melanie Walker, doctora en medicina y asesora del Banco Mundial. El hospital tal como lo conocemos estará a punto de desaparecer, con menos accidentes gracias a los coches autónomos y grandes avances en la medicina preventiva y personalizada. Los bisturíes y los donantes de órganos serán obsoletos, será el tiempo de los diminutos tubos robóticos y los órganos bioimpresos”.

Estos cambios en el ser humano también afectarán su dieta. Tal y como lo han venido anunciando, el fin del consumo de carne animal como la conocemos está cada día más cerca, también como una consecuencia del temido “Cambio Climático”: “Estaremos comiendo mucha menos carne. A diferencia de nuestros abuelos, trataremos la carne como un lujo en lugar de un alimento básico, escribe Tim Benton, profesor de ecología de poblaciones en la Universidad de Leeds, Reino Unido. No serán la agricultura grande o los pequeños productores artesanales los que ganen, sino una combinación de los dos, con comida preparada rediseñada para ser más saludable y menos dañina para el medio ambiente”.

El esquema también prevé la integración total de la fuerte inmigración promovida en Europa en estos años (un producto de la permanente destrucción por medios bélicos de Medio Oriente, si bien el Foro lo atribuye también al “Cambio Climático”): “Los refugiados sirios de hoy, serán los directores ejecutivos (CEOs) de 2030. Los refugiados sirios con un alto nivel de educación habrán alcanzado la mayoría de edad en 2030, lo que justifica la integración económica de aquellos que se han visto obligados a huir del conflicto. El mundo necesita estar mejor preparado para las poblaciones en movimiento, escribe Lorna Solis, fundadora y directora ejecutiva de la ONG Blue Rose Compass, ya que el cambio climático habrá desplazado a mil millones de personas”.

Las democracias formales tal y como las conocimos también pasarían a ser algo obsoleto: “Los valores que construyeron Occidente se habrán puesto a prueba hasta el límite. Olvidaremos los frenos y contrapesos que refuerzan nuestras democracias bajo nuestro propio riesgo, escribe Kenneth Roth, Director Ejecutivo de Human Rights Watch”.

Culmina el informe con una perspectiva que hasta hace poco podía parecer de ciencia ficción: avanzar hacia la colonización del espacio exterior y particularmente del planeta Marte: “Para la década de 2030, estaremos listos para llevar a los humanos hacia el Planeta Rojo”. Es más, una vez que lleguemos allí, probablemente descubriremos evidencia de vida extraterrestre, escribe Ellen Stofan, científica jefe de la NASA. La gran ciencia nos ayudará a responder grandes preguntas sobre la vida en la tierra, así como a abrir aplicaciones prácticas para la tecnología espacial”. Cabría preguntarse en este caso quiénes serán los poquísimos de entre las élites que efectivamente usufructuarán los nuevos recursos y espacios conquistados.

Volviendo al comienzo: un mundo en el que “no seremos dueños de nada” será un mundo en el que la élite de Davos será dueña de todo.

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