El reino de los errores K
Cesar Schwank
Periodista
Murió Pinty un extra lucido de la política desde la comicidad, desde el espectáculo y el teatro. No son muy diferentes los opinólogos y politólogos de la tele hoy por hoy. Un argentino dice casi las mismas tonterías que un europeo, pero allá te pagan y lo decís seriamente o integras una ONG o un grupo X con aspiraciones y objetivos múltiples.
Aquí sos un empresario dependiente del estado o un político y decís una cosa y haces otra. Como hacen los curas y su institución madre la Iglesia. Últimamente he hablado con mucha gente K y necesite buscar un principio racional que me tranquilice porque me alteran sus dichos actitudes y acciones de manera subrepticia y con cierta fiereza.
Este principio explicativo lo encontré en la noción de vivencia delirante primaria generada por Karl Jasper. KJ fue un psiquiatra y filósofo alemán que estudio muchos locos y encontró esta explicación para tratar medicamente éste modo de entender o de procesar la realidad, precisamente la vivencia delirante primaria que no es igual a la idea de delirio generalizado.
La vivencia es normal, es común a todos, pero en algunas personas…( o sujetos interpretantes) se produce una reacción notable fuera de lo común que le cambia el sentido a la existencia de sus vidas. Como si se tratara de un golpe de fé insólita sorprendente que ocurre en un momento crucial.
Agrego al pasar que: “El reino” es una novela maravillosa de Carreres donde señala que lo contrario de la mentira no es la verdad sino la certeza, es decir la fé en algo, y su explicita defensa, que abre el capitulo de las confrontaciones sociales.
Lo primero es una percepción alterada de la realidad modificada por las emociones y las sensaciones que se producen en un momento de la vida de los miembros del club K. Hay una transformación experimental vívida para cada persona que se transmite mediante opiniones o juicios de valor sobre la realidad vivenciada. Esta noción es muy importante para detectar ese cambio que es irreductible.
Es una vivencia primaria sin antecedentes ahistórica y con pretensiones de absoluto. Por eso los K afirman que todo fue hecho por N y C. Esta vivencia se basa en fenómenos inmediatos e incomprensibles para cada sujeto que lo vive de un modo particular sin respetar niveles intelectuales ni creencias religiosas ideológicas o científicas. Es una suerte de salva eléctrica de alto voltaje que incide de un modo trascendente en la vida de los afectados.
No se puede investigar que hay detrás o que procedencia tienen los efectos porque son parte de un hecho único y primario que trae como consecuencia un cambio en la personalidad y en las relaciones comprensibles de la vida psíquica. Es diferente a un delirio que surge comprensiblemente de ideas afectivas o de las ideas deliroides que provienen de percepciones falsas de los hechos o de la personalidad.
Un delirio es comprensible si uno llega a conocer la historia de cada individuo junto a sus deseos inconscientes o su afectividad. El asunto aquí es bien diferente y así como un perseguido constata que es hostigado, el fenómeno K instaura en el centro de la escena la esfinge de los salvadores. Se provoca una constatación real en cuerpo y vida de los redentores y luego se le asignan valores denotativos es decir una interpretación de esas figuras, sus hechos, la narrativa completa de un camino de salvación.
Esta explicación tiene su contrapartida de pensar que los radicales o los macristas son natural o formalmente lógicos, para tratar de disminuir la incertidumbre, la ambigüedad y la mezcolanza de conceptos o de ideas. Los datos seleccionados tienen distinta intensidad y selectividad y sobre los mismos se van concretando realidades interpretativas. Nos convienen los M o los zurdos y del otro lado porque nos dieron de todo, luchan contra Clarín, porque miente, un credo de intencionalidades y de un sencretismo espurio y coloquial que se difunde como fuego en bosque seco.
Así el fluir del ser se modifica por el influir de unos sobre otros y el acceso fácil a la súbita comprensión de todo cuanto existe; si loco es así y tenemos la justa, somos la verdad. Todos los anhelos o las expectativas se ven sacudidas de repente por la fuerza ilusoria de la falsedad, pero que les conviene a lo marginados pues los motoriza con una económica brutal de esfuerzos y los hace ingresar en el club de los elegidos.
Son así los nuevos nominados a quienes todo se le ha revelado y les está permitido y no aceptan ningún tipo de refutación. Se vive fuertemente la ilusión de la validez bajo el sesgo de la sombra de los salvadores los que vinieron a abrir las puertas del reino. Aun así no alcanza, no es suficiente solo el sesgo del partidismo K y si es necesaria la toma de decisiones, el salto fácil a decidirse a pasar a la acción producto de una sobrecarga emocional que niega todo tipo de senderos o razones alternativas.
La idea madre y directriz se desvanece tras la imposición de un croquis o símbolo que representa la verdad verdadera y a cada miembro como uno de sus elegidos. ¿Algo así como una nueva religión?
En síntesis, se puede pensar que se trata de una ideología basada en postulados que están anclados en un núcleo central de la personalidad de carácter ideoafectivo y lo demás desaparece para quedar solo el sujeto seleccionado en el centro del poder y del escenario conflictivo fundando un campo afectivo un sistema de errores defendidos con pseudoargumentaciones alienantes para la sociedad global.
Conclusiones
El fenómeno pseudopolítico K es un hecho individual que encuentra alianzas y una participación holística discriminativa y violenta.
Es una vivencia primaria basada en una percepción delirante de la realidad, es decir de un hecho psicológico en sí mismo.
No se puede explicar como un hecho histórico con causas previas pues se basa en una vivencia primaria, original, ahistórica, acausal como si se tratara de un milagro.
Tiene adeptos que no corrigen errores y ven en el otro al malvado
No hay errores ni culpa interna el mal esta afuera es exogrupal y adentro todo es aceptado.
Bienvenido al nuevo reino de las certezas inmerecidas
Murió Pinty y bien los pintados.