La droga, un total de 28 kilos, iba oculta en un compartimento dentro del baño, mientras que en el conducto del aire acondicionado hallaron varios paquetes de hojas de coca. El dinero, en tanto, fue hallado en la cabina.
Los dos conductores de una empresa de transporte de larga distancia resultaron imputados ayer por los delitos de transporte de estupefaciente y encubrimiento de contrabando, acusación que fue planteada por el fiscal federal Ricardo Toranzos, titular del Área de Casos Complejos de la Unidad Fiscal Salta.
Durante la audiencia, los dos acusados declararon y, entre otros detalles, dieron detalles de cómo se lleva a cabo el tráfico de hojas de coca a Buenos Aires a través de colectivos de larga distancia, una práctica que presentaron como algo normal.
Casi en los mismos términos, se refirieron al traslado ilegal de dinero hacia destinos del sur del país, otra modalidad que creció mucho en esta región. En su caso, los conductores revelaron que el dinero era de un comerciante y, a cambio del transporte, recibían una comisión.
La imputación penal fue formalizada por el juez federal de Garantías N°1 Julio Bavio, quien también dispuso la prisión preventiva de ambos acusados bajo la modalidad de arresto domiciliario, medida que fue solicitada por la fiscalía.
Al referirse al caso, el representante del Ministerio Público Fiscal explicó que los choferes fueron detenidos ayer a las 2.30, cuando efectivos de Gendarmería Nacional realizaron un control sobre la unidad que conducían, lo que se llevó a cabo en el puesto de El Naranjo, en la localidad de Rosario de la Frontera.
Sostuvo que, al revisar el colectivo, procedente de la localidad jujeña de La Quiaca y con destino final en Buenos Aires, los gendarmes descubrieron una bolsa con hojas de coca, la que estaba a simple vista en la cabina, hecho que despertó las sospechas de los efectivos.
Al revisar el baño, se descubrió que los tornillos de una placa metálica ubicada en el piso, detrás del inodoro, presentaban señas de haber sido removidos, por lo que se dispuso una requisa más profunda en el playón operativo de esa base, tal como lo ordenó el auxiliar fiscal Facundo Mirabella.
Ya con los requisitos legales del caso, los gendarmes extrajeron la chapa y en su interior descubrieron 26 paquetes de droga, tipo “ladrillo”, los que estaban unidos con una cuerda, al parecer, para evitar que alguno de ellos cayera por el movimiento de la unidad, marca Scania.
Al revisar el sector de los asientos, en tanto, se hallaron más de 50 paquetes de medio kilo de hojas de coca ocultos en el conducto del aire acondicionado, mientras que en la cabina de los choferes se encontró paquetes con poco más de 3 millones de pesos.
Recorrido
Sobre otras averiguaciones, el fiscal señaló que, de entrevista con algunos pasajeros, se pudo establecer que junto a los choferes viajaba un hombre que no pagó el pasaje, lo que se pudo confirmar al revisar el registro del pasaje.
Para completar el cuadro del caso, detalló el trayecto del colectivo desde que salió de Salta a La Quiaca, para luego iniciar el retorno, pero con destino a Buenos Aires, como así también explicó que el rodado tuvo varias paradas y que, en una de ellas en San Salvador, en Jujuy, los choferes les pidieron a los pasajeros que bajen del coche porque debían lavarlo.
Estos detalles, cabe señalar, fueron confirmados y ampliados por los acusados, los que aceptaron declarar. Uno de ellos detalló todo el circuito, las paradas y motivo de cada una, incluso reconoció que el pasajero que llevaban sin pagar boleto, ascendió en la rotonda de acceso a la localidad jujeña de Perico.
Dijo que se trataba de un amigo y lo desvinculo de las acusaciones. Sobre las hojas de coca, admitió que les pertenecía y que la llevaban para venderla en Buenos Aires, aunque luego trató de tomar distancia de esta modalidad.
Al respecto, primero dijeron que podían llevar cierta cantidad de hojas de coca sin problemas, lo que dio a entender cierta pasividad en los controles. Cuando se profundizaron las preguntas al respecto, en tanto, sostuvieron que las hojas de coca, alrededor de 20 kilos, la recibían en consignación, pues luego debían rendir el dinero al proveedor, en La Quiaca.
En cuanto al dinero, los imputados también reconocieron que se trataba de un transporte ilegal y afirmaron que la plata pertenece a un comerciante, quien se dedicaba a la venta ambulante. En este caso, reconocieron que el traslado lo hacían a cambió de una comisión pactada, siendo el destino Tucumán.
“No es nuestra”
Ya en cuanto a la droga, desconocieron la carga como suya. “Esa droga no es nuestra”, resaltaron los imputados, quienes se mostraron sorprendidos respecto a cómo llegaron los paquetes al piso del baño del colectivo. “Para ponerla ahí, era necesario utilizar un destornillador o un cuchillo, al menos”, dijeron.
Pese a los dichos de los acusados, la fiscalía señaló una serie de situaciones que no guardan relación con los relatos brindados. Sugirió, por ejemplo, que el dinero hallado podría tratarse del pago por el transporte de la droga, la que ascendió a un peso de 28 kilos de cocaína.
En tanto se avanza con la investigación, el MPF solicitó la prisión preventiva de los dos acusados bajo la modalidad de arresto domiciliario, medida que fundó en el riesgo de fuga y en el probable entorpecimiento de diligencias pendientes por parte de los imputados.
También resaltó la gravedad del hecho y recordó que la pena que podría caberle a los acusados, en caso de llegar a una condena, no sería de ejecución condicional, siendo éste otro elemento para disponer la prisión preventiva.
La medida requerida, como así también los plazos y pedido de pericias, fueron aceptados por el juez Bavio, quien desechó un pedido de la defensa de ambos choferes, quien se opuso al arresto domiciliario, medida que el magistrado consideró bastante razonable ante la magnitud del caso.