La Fiscalía de Instrucción de Laboulaye, a cargo de Georgina Osella, ordenó la detención de 15 personas y los imputó como supuestos autores de los delitos de asociación ilícita, estafas y encubrimientos por hechos en los que fueron damnificadas personas de las ciudades de Laboulaye, Córdoba, San Isidro, Mar del Plata y Tandil. Por esta causa se realizaron 12 allanamientos y se logró el secuestro de diversos elementos vinculados a los hechos investigados, entre ellos aparatos de telefonía celular.
Las actuaciones se encuentran bajo secreto de sumario, llevándose a cabo diversos actos de investigación atento la complejidad y la pluralidad de los planes delictivos y de ilícitos investigados. La investigación incluyó vigilancias, seguimientos a través de las redes sociales, análisis de informes de múltiples cuentas de entidades financieras y líneas telefónicas.
Los procedimientos realizaron en simultáneo con personal policial de la Departamental Presidente Roque Sanz Peña, contando con colaboración de otras departamentales atento la cantidad y complejidad de las tareas llevadas a cabo en domicilios ubicados las ciudades de Laboulaye, Río Cuarto y Jovita. En los procedimientos participaron alrededor de 70 efectivos policiales, contaron con colaboración de la Fuerza Policial Antinarcotráfico, y el grupo Eter de la policía provincial. Asimismo se constató el hallazgo de estupefacientes en dos viviendas.
De la investigación surgió que una de las principales maniobras empleadas por lo individuos consistía en rastreas publicaciones efectuadas por medio de páginas de internet de objetos en venta. Luego las tareas se dividían entre quienes entablaban contacto con el vendedor, simulando identidades falsas hasta ganar su confianza y obtener datos relativos a cuentas bancarias y otra información financiera de relevancia. Complementando la maniobra, otra persona se encargaba de las operaciones electrónicas, a través de las cuales se gestionaban créditos en entidades financieras sin consentimiento del titular de la cuenta. Éste era contactado en una segunda oportunidad, a fin de lograr que efectuara la transferencia del dinero obtenido a otra cuenta, para lo cual se lo engañaba manifestándole que por error se había efectuado una transferencia por un monto dinerario mayor o que la transferencia se había efectuado más de una vez, de esta manera, el damnificado ingresaba a constatar el saldo de su cuenta y al advertir el aumento de dinero, sin chequear los movimientos que daban origen al incremento, efectuaba la transferencia requerida a otra cuenta, esta última muchas veces aportada por algún participe, comúnmente denominado “mula”, encargado de recibir el dinero. Finalmente, el dinero era transferido a otra cuenta bancaria o retirado por algún integrante de la organización, entre quienes se dividían el producido. Con el dinero fraudulento los imputados adquirieron diversos bienes, desde moneda extranjera, electrodomésticos hasta un rodado.