EL MILAGRO DE LOS HIJOS
A los hermanos Ale y a toda la familia.
Especialmente a Manuel, Rafael y a la memoria de Raúl.
Sucedió el milagro,
el cristalino milagro de los hijos.
Llegaron
en un exacto turno cronológico
a poblar de música los rincones
de la casa.
Orquestaron el desorden
propio de la infancia
y este hogar sencillo y provinciano
se sintió tocado
con la magia del pájaro.
Llegaron los niños
y el vino se puso alegre
y la lluvia era azul
y se reflejaba en sus ojos,
como un óleo de Picasso.
Estos ángeles juguetones
llenaron las paredes de la casa
de ternura
y la sopa fue un juego picaresco
para acumular energías.
Son los hijos los que dictan
en racimos estos versos.
Son los hijos
esta maravilla
que poseo
son los hijos
el milagro
de tenerlos.
Por: Eduardo Ceballos