El órgano judicial declaró que el ácido desoxirribonucleico (ADN), la sustancia que contiene las instrucciones genéticas de los organismos vivos, no puede ser patentado aunque se logre su aislamiento ya que es un producto de la naturaleza.
En su resolución la Corte Suprema estadounidense decidió, sin embargo, permitir las patentes del ADN artificialmente copiado y replicado.
La industria de la biotecnología había advertido que cualquier prohibición en este tipo de patentes pondría en peligro grandes inversiones en investigación y terapias genéticas. Para no cerrarle todos los caminos a la multimillonaria industria de la biotecnología y farmaceútica, la Corte decidió que las moléculas sintéticas, conocidas como ADN complementario, pueden ser patentadas porque “no ocurren de forma natural”.
Actualmente, investigadores académicos y empresas privadas trabajan para aislar genes a fin de usarlos en pruebas para enfermedades genéticas y en posibles terapias.