Mientras que los proveedores de acceso y los industriales ya comunican la necesidad absoluta de los futuros objetos conectados vinculados a esta tecnología de alto consumo energético, más de 500 científicos piden a los ciudadanos que digan “no” a todos los productos vinculados estrecha o remotamente al 5G y su mundo.
Ya está, el 5G está aquí. Los ISP juegan a ver quién tiene la mayor cobertura y la mayor valla publicitaria. Ya nos venden auriculares de realidad virtual 5G para ver deportes, visitas virtuales a museos para nuestros hijos y tardes con amigos en parques al sol para ver programas de televisión en nuestros smartphones. Quieren convencernos de que la báscula o el cubo de basura conectado forman parte de los objetos indispensables, preparando un nuevo “Internet de las cosas” que se apoyará en el 5G. A los que exigían una moratoria hasta que se evaluaran los riesgos para la salud del 5G, la Agencia Nacional Francesa de Seguridad Alimentaria (Anses) acaba de anunciar que “no hay nuevos riesgos para la salud a la vista de los datos disponibles” (1). Sin embargo, su informe indica que no se han realizado estudios sobre las nuevas frecuencias utilizadas por el 5G, y que apenas es posible extrapolar los resultados obtenidos con tecnologías anteriores. Por lo tanto, sigue habiendo incertidumbre en cuanto al riesgo para la salud, pero el despliegue continúa.
A pesar de los grandes anuncios internacionales que promueven la “transición ecológica”, el camino que se sigue es siempre el mismo, y apenas se frena un poco por un lado, por el otro se ponen las condiciones para acelerar de nuevo el proceso.
Rodillo de vapor
Es extremadamente complejo resistirse a la apisonadora que arrastra inexorablemente a los niños nacidos hoy, y a todos los seres vivos, hacia un mundo a +4°C, con todos los desastres que los científicos documentamos en nuestros trabajos (4). Optemos por no entrar en el juego: si nadie compra teléfonos 5G ni objetos conectados, el costosísimo despliegue de esta tecnología fracasará.
Por lo tanto, hacemos un llamamiento solemne a todos los ciudadanos que se preocupan por el futuro de las generaciones presentes y futuras para que boicoteen todos los productos que estén relacionados de alguna manera con el 5G y su mundo. Si te animan a cambiar a un teléfono o paquete 5G, aunque sea por una pequeña cantidad, di que no. Si un colega se va a jubilar, busca algo más que unos auriculares 5G para regalarle. Si te piden que promociones productos 5G como parte de tu trabajo, desobedece discretamente. Elija aparatos que no estén conectados. No le compres a un niño un dron 5G (ni ningún dron, por cierto). En definitiva, seguir viviendo sin 5G, igual que ahora. Y difundir esta recomendación, para que surja un movimiento colectivo de resistencia al condicionamiento y al seguimiento. Sólo queda una solución legal para el negocio que persiste en aplastar la tierra y sus habitantes: secar el negocio y hacerse (por fin) responsable de nuestro futuro común.
Fuente oficial en Francés:
https://www.liberation.fr/idees-et-debats/tribunes/boycottons-la-5g-20210501_FH4YLLHMUVCTLBT5ZY7QEW5WDU/