Se cumplen hoy 439 años desde que Hernando de Lerma colocó en el centro de lo que hoy es la PLAZA 9 DE JULIO la picota que dejaba oficialmente fundada la que por entonces era la Ciudad de Lerma, en el Valle de los Saltas, provincia del Tucumán.
Con el aporte del profesor de Historia Miguel Ángel Cáseres, El Tribuno reconstruyó lo que era la situación que precedió a la llegada de Hernando de Lerma a lo que es hoy la ciudad cabecera del departamento Capital de la provincia.
De Lerma llegó a lo que hoy es territorio salteño con una hueste (contingente) de 90 personas el jueves 3 de abril y se encontró con numerosas comunidades que habitaban la zona.
Proveniente de Santiago del Estero, donde se votó por el lugar indicado donde fundar la nueva ciudad, Hernando de Lerma desempató una apretada elección entre el Valle Calchaquí y el Valle de los Saltas, que estaba empatado en trece apoyos cada uno. Si bien se consideraba que el Valle Calchaquí era más conveniente por su riqueza mineral, De Lerma se inclinó por el actual territorio ya que, en esa época, ya estaba sublevado Juan Calchaqui, lo que haría más difícil el asentamiento en ese lugar.
En la época de la fundación de Salta, España estaba en su apogeo económico y tenía tres virreinatos en América. En el del Perú estaba el virrey Toledo, a quien el rey le ordena proteger a la “caja fuerte” del reino, que era Potosí, por su riqueza en minerales.
“Había que protegerla del embate de los ancestrales y de otras naciones europeas que se empezaron a fijar en la cantidad de elementos valiosos que había en las tierras que había ocupado España”, recuerda el profesor Cáseres.
Y la manera de proteger a Potosí era fortaleciendo el único asentamiento que había hasta entonces, que era Santiago del Estero, y la forma de hacerlo era acercar ciudades planificadas en un anillado perimetral cuyo centro era Salta. Pero, de acuerdo a lo revelado por Cáseres, “hubo dos intentos anteriores para fundar Salta, que no se concretaron porque los enviados del virrey tomaban conocimiento de la existencia de zonas muy ricas en minerales en el centro del país”.
“En aquella época eran famosas las ciudades de Los Césares, El Dorado y el tesoro de Trapalanda”, por lo que los emisarios del virrey pasaban de largo en Salta y se iban buscando esos tesoros: así fue como se fundó la ciudad de Córdoba”.
Cansado de la situación, el propio rey encomendó la tarea a quien finalmente la concretó. “Hernando de Lerma era un sevillano nacido en 1550 durante el reinado de Felipe Segundo. Era un judío converso, licenciado en Derecho. No era ni de capa (rico), ni de espada (militar); sino que tenía méritos intelectuales. Fue el primer gobernador civil del Tucumán”, recordó Cáseres.
