La adecuada manipulación de los alimentos y el uso de agua potable para hidratarse e higienizar los víveres, son las mejores formas de prevenir enfermedades diarreicas, salmonelosis y el síndrome urémico hemolítico (SUH).
Con el inicio del periodo estival y las altas temperaturas propias de la época, aumentan las probabilidades de padecer deshidratación y algunas enfermedades en el sistema digestivo.
Especialmente los bebés, niños y niñas, adultos mayores y personas con enfermedades crónicas son los más propensos a sufrir cuadros como intoxicaciones, diarreas, salmonelosis y el síndrome urémico hemolítico (SUH).
Ante ello, el Ministerio de Salud Pública recomienda a la población:
Usar agua potable para beber, cocinar, lavar platos y utensilios. Si no es potable, se debe hervir entre 2 y 3 minutos, o agregarle 2 gotas de lavandina por cada litro de agua, media hora antes de usarla.
Lavar muy bien las frutas y verduras con agua potable, aunque sea para comerlas peladas o cocidas. Guardar los huevos en la heladera y consumirlos preferentemente cocidos.
Cocinar bien la carne -especialmente la molida o picada- hasta que no quede rosada en su interior.
Separar los alimentos crudos de los cocidos. No usar la misma tabla de picar o los mismos utensilios, sin antes lavarlos.
Mantener los baños limpios y la basura lejos de los alimentos y de los niños.
Descongelar los alimentos dentro de la heladera y no a temperatura ambiente. Una vez descongelado, no se debe volver a congelar. Es importante mantener refrigerados los alimentos frescos, sin cortar la cadena de frío.
Las manos deben estar siempre limpias. Lavarlas bien con agua y jabón al regresar de la calle, después de ir al baño, antes y después de cambiar los pañales al bebé, y antes y después de cocinar, entre otras actividades.