El presidente Alberto Fernández envió al Congreso el proyecto de ley para legalizar la interrupción voluntaria del embarazo (IVE) y el “Plan de los Mil Días”, que prevé una ayuda económica para las embarazadas en situación de vulnerabilidad.
La iniciativa, que tiene el sello del Presidente y la pluma de la secretaria Legal y Técnica, Vilma Ibarra, permite la interrupción voluntaria del embarazo hasta la semana 14 de gestación inclusive, obliga a realizar la práctica a todas las instituciones de la salud en el plazo de diez días y admite la objeción de conciencia individual de los profesionales, siempre y cuando se garantice que la paciente sea atendida por otro médico.
El presidente aseguró que su “convicción” es que “el Estado acompañe a todas las personas gestantes en su proyecto de maternidad, pero también es responsabilidad del Estado cuidar la vida y la salud de quienes deciden interrumpir su embarazo durante los primeros momentos de su desarrollo”,
La promesa electoral de Fernández de presentar el proyecto para legalizar el aborto había sido pospuesta debido a la pandemia del coronavirus, que a la fecha ha contagiado a 1.318.384 personas y ha causado la muerte de otras 35.727 personas en el país.
La Conferencia Episcopal de Argentina y otras instituciones han criticado la insistencia por querer legalizar el aborto, teniendo en cuenta que en agosto de 2018 un anterior proyecto de ley fue rechazado en el Congreso.
Entre esas instituciones está la Red Federal de Familias, que repudió este intento de “habilitar la homicida práctica de los abortos provocados” y señaló que es una hipocresía que se quiera “compensar” con el proyecto de creación del ‘Plan de los Mil Días’, según informa Notivida.
Y es que el FMI es una de las instituciones del Nuevo Orden Mundial, empeñado en propagar la ideología de género y el aborto en todo el mundo. Y tanto la ideología de género como el aborto atentan contra la ley natural, pues todo el mundo sabe con la sola razón que se nace hombre o mujer y nadie nos pidió permiso para ello, como tampoco para nacer. Y todo el mundo puede saber con su sola razón que matar a un niño en el vientre de su madre es un asesinato.