Dicen algunos que, para bien o para mal (o mejor dicho, para las buenas y malas experiencias), Tucumán fue siempre un campo de prueba, un borrador para ser corregido y mejorado, antes de aplicarlo a nivel nacional.
Con la llegada de Mauricio Macri a la Presidencia de la Nación en Diciembre de 2015, temas que estaban cerrados (por consenso Social y por accionar de la Justicia), volvieron a ser reabiertos de una manera perversa y hasta criminal, intentando – por ejemplo – aplicar el beneficio del 2×1 a condenados por delitos de Lesa Humanidad.
Salvo Organismos de DDHH y sectores de la Política y de la Sociedad, comprometidos con la Memoria y la Verdad, el silencio de un amplio sector de la Comunidad, fue una peligrosa señal (como si el haber elegido como Presidente, a un Mauricio Macri, no hubiera sido suficiente señal).
Y comenzaron las pruebas piloto en Tucumán, con el hijo del mayor genocida que pisó suelo Tucumano, reflotando la teoría de los Dos Demonios e, incluso, poniendo en duda la terrible verdad sepultada en el Pozo de Vargas, sacada a la luz – centímetro a centímetro y lágrima a lágrima – por el Equipo de Camit Tucumán.
Bussi Hijo disponía de megáfonos de gran alcance, de la mano del Diario de mayor tirada de la Provincia y del Canal de televisión perteneciente al Gobierno de la Provincia de Tucumán y de la Universidad Nacional de Tucumán: ambos, publicaban sus declaraciones, pero ninguno las repudiaba.
Sin reacción Social de magnitud a la vista, la maquinaria comenzó su trabajo, con representantes de variada identidad Partidaria, pero de una misma identidad ideológica.
Los vimos a todos juntos, reivindicando al Operativo Independencia; o excluyendo al 24 de Marzo de las Agendas Oficiales (salvo honrosas excepciones, como la del Intendente de Tafí Viejo, Javier Noguera – y a miembros de su Gobierno); o marchando en unidad, para negar Derechos; o permitiendo que un Legislador jurara a su Banca, por la memoria del genocida.
Tucumán, nuevamente, era un oscuro campo de prueba, a plena luz del día…
En paralelo y, a nivel nacional, Miguel Ángel Picheto regresaba de EEUU, con su nueva hoja de ruta: se colocaba como candidato a vicepresidente de Macri y comenzaba a hablar de Comunismo en Argentina y de la vuelta a los ’70.
Luego de la derrota electoral a manos del Frente de Todos, a Carrió la mandaron a guardar (por un desgaste de su imagen y credibilidad) y colocaron a Patricia Bullrich, al frente del PRO.
Sin lugar a dudas, quieren volver a los’ 70, años en que el Plan Cóndor (EEUU); junto al Poder Real ligado siempre a la vieja Oligarquía (Bullrich; Rodríguez Larreta; Pinedo; Peña Braun; etc.) y, finalmente – y como elemento de engaño para darle un viso de vocación democrática – junto a representantes del PJ y de la UCR (Triple A y aquel sector del Radicalismo, siempre dispuesto a golpear las puertas de los Cuarteles), se confabularon para abrir el primer ciclo neoliberal de los tres que ya tuvimos y la Dictadura más cruenta e inhumana de que se tenga registros.
Repiten tácticas y estrategias, inventando un enemigo interno para manejar el foco de atención de la Sociedad; crear un sentido común y así, tener vía libre para matar; saquear; estigmatizar al que no piensa como ellos y entregar la Patria a Potencias Extranjeras.
Y el Enemigo – para esos pocos, que son dueños de mucho – es todo aquel que comparta la visión de Patria Grande Unida e Independiente, con Naciones Industriales y con desarrollo Tecnológico y Científico propios; con soberanía para discutir la posesión de la tierra y la explotación de sus Recursos; con un Estado presente y fuerte.
Después del Golpe de Estado en Bolivia, contra el Gobierno de Evo Morales y de Álvaro García Linera, es probable que hubiera sido el turno de Argentina, pero la pandemia del Covid-19 frenó todo. Aunque también frenó algunos fuegos que dejaron sus brasas encendidas en Ecuador; Chile; Colombia o Perú. Solo es cuestión de tiempo, para ver cómo despiertan las llamas pospandémicas.
Mientras tanto, un energúmeno marchó en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, rompiendo la cuarentena y – peor aún – con la imagen del genocida Rafael Videla en su remera, sin que nadie reaccionara para repudiarlo: ni los Ciudadanos, ni el Estado. Es como si en Alemania, alguien marchara portando la imagen de Hitler, sin que nada sucediera.
Están preparando el terreno y el humor social, para el terrorismo, algo que la Derecha conoce a la perfección.
Si el Estado no reacciona a tiempo, nuevamente, seremos víctimas de la peor Argentina, aquella en la que, Estado y Terrorismo, decidieron caminar de la mano, matando y aniquilando a lo mejor de nuestras Generaciones, a Argentinas y a Argentinos hermosamente Libres y Solidarios, justamente, lo que el Mercado y la Meritocracia, nunca pudieron ni podrán soportar y aceptar.