SALTA-ERNESTO BISCEGLIA.- Son claras mis diferencias ideológicas con el Papa Francisco, sin embargo, la intransigencia absoluta es patrimonio de los necios y siempre hay que buscar puntos de encuentro. Así, entiendo como valioso que sea el Papa quien advierta que la pandemia de Covid-19 ha planteado un cambio que vino para quedarse.
Predicar este cambio sin hacer nada es una irresponsabilidad, es actuar desde la teoría en un asunto que es eminentemente pragmático. Porque el cambio instalado es desde ahora una praxis de vida que ha modificado incluso hasta la percepción del hombre sobre su situación en la sociedad y en el universo.
Vivimos una realidad que constituye un desafío para todos, pero principalmente para los dirigentes. Por eso es que un gobernador como Gustavo Sáenz debiera estar rodeado de ministros a la altura de estos pensamientos, o por lo menos, contar con un cuerpo interdisciplinario que asesore y enlace las políticas con la comunidad.
El Papa habla de un “Pacto Educativo Global” que eduque para un nuevo humanismo. En esa línea, en Salta, he sugerido en repetidas oportunidades, un Congreso Pedagógico provincial y que debiera tener alcance regional. Necesitamos renovar la educación desde las bases recuperando el hombre-región, que es muy distinto a la concepción que tienen sobre el hombre quienes deciden las políticas educativas desde el Puerto.
Un nuevo humanismo es un hombre apoyado en la tecnología pero provisto de las categorías espirituales, porque un individuo hábil en el manejo de los medios tecnológicos pero sin visión social y sin alteridad, es un peligro para la sociedad.
El municipio, base de la reorganización social y educativa
Hemos hablado también de la importancia del municipio como factor de construcción social y humana. Hoy, el ámbito municipal asume el papel de cuna de la nueva sociedad. Porque en una sociedad fragmentada, dividida y en estado de conflicto, el concepto de vecindad, de cercanía, se constituye en un elemento de aglutinación y acercamiento: Somos próximos –prójimos- habitando una misma casa, nuestro municipio.
Así dice Francisco que “Para educar a un niño, hay que educar a un pueblo”. Y los intendentes, los representantes legislativos y aquellos “que tengan algo que decir” tienen hoy la responsabilidad de abrir puertas al universo del conocimiento en sus municipios.
SALTA-ERNESTO BISCEGLIA.- Son claras mis diferencias ideológicas con el Papa Francisco, sin embargo, la intransigencia absoluta es patrimonio de los necios y siempre hay que buscar puntos de encuentro. Así, entiendo como valioso que sea el Papa quien advierta que la pandemia de Covid-19 ha planteado un cambio que vino para quedarse.
Predicar este cambio sin hacer nada es una irresponsabilidad, es actuar desde la teoría en un asunto que es eminentemente pragmático. Porque el cambio instalado es desde ahora una praxis de vida que ha modificado incluso hasta la percepción del hombre sobre su situación en la sociedad y en el universo.
Vivimos una realidad que constituye un desafío para todos, pero principalmente para los dirigentes. Por eso es que un gobernador como Gustavo Sáenz debiera estar rodeado de ministros a la altura de estos pensamientos, o por lo menos, contar con un cuerpo interdisciplinario que asesore y enlace las políticas con la comunidad.
El Papa habla de un “Pacto Educativo Global” que eduque para un nuevo humanismo. En esa línea, en Salta, he sugerido en repetidas oportunidades, un Congreso Pedagógico provincial y que debiera tener alcance regional. Necesitamos renovar la educación desde las bases recuperando el hombre-región, que es muy distinto a la concepción que tienen sobre el hombre quienes deciden las políticas educativas desde el Puerto.
Un nuevo humanismo es un hombre apoyado en la tecnología pero provisto de las categorías espirituales, porque un individuo hábil en el manejo de los medios tecnológicos pero sin visión social y sin alteridad, es un peligro para la sociedad.
El municipio, base de la reorganización social y educativa
Hemos hablado también de la importancia del municipio como factor de construcción social y humana. Hoy, el ámbito municipal asume el papel de cuna de la nueva sociedad. Porque en una sociedad fragmentada, dividida y en estado de conflicto, el concepto de vecindad, de cercanía, se constituye en un elemento de aglutinación y acercamiento: Somos próximos –prójimos- habitando una misma casa, nuestro municipio.
Así dice Francisco que “Para educar a un niño, hay que educar a un pueblo”. Y los intendentes, los representantes legislativos y aquellos “que tengan algo que decir” tienen hoy la responsabilidad de abrir puertas al universo del conocimiento en sus municipios.
