El Alto Paraná, es la zona comprendida entre la represa de Yacyretá y la confluencia con el Río Paraguay. Es justamente el límite entre la República del Paraguay y Argentina. Algo muy grave está ocurriendo en el Río Paraná. Una bajante histórica que supera la crisis hídrica registrada hace más de 50 años, afecta de forma directa a los recursos ícticos, el abastecimiento de agua y la normal navegación de embarcaciones.
Y desde la Asociación de Pescadores Deportivos del Litoral, hay una profunda preocupación por la depredación que se está dando abiertamente en este gran río. Por cada gran reproductor que se mata, no solo se pierde ese pez, sino toda su descendencia. Por ejemplo un surubí de 40 kilos tarda 20 años en llegar a ese peso.
Es en ese segmento donde los grandes reproductores de peces se congregan año a año para desovar y reproducirse. Surubíes, dorados, pacúes, bogas, sábalos, muchos más. Es justamente en ese momento cuando más vulnerables son y cuando más hay que cuidarlos. Normalmente como ocurre por ejemplo en la Patagonia con las truchas. La temporada cierra y se establece una veda justamente para protegerlos en ese momento.
La provincia de Corrientes no era la excepción, tenía una veda entre los meses de noviembre y diciembre para proteger los desoves en ese segmento del río. Pero de buenas a primera y sin muy claros fundamentos científicos, pero si económicos y políticos decidieron eliminar todo tipo de restricción y dejar abierta la temporada, justamente en la época de reproducción.
Usando el sentido común, se sabe perfectamente que esto es gravísimo, porque es el momento donde los reproductores están más expuestos a ser depredados por pescadores comerciales o furtivos. Por cada gran reproductor que se mata, no solo se pierde ese pez, sino que toda su descendencia.
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