Situaciones tristes sí que las hay, en tiempos de cuarentena podemos ver que Salta, más precisamente en Capital hay muchos barrios carenciados, y que para poder obtener un plato de comida deben recorrer los comedores y merenderos populares.
Esta historia que les contaré es triste pero tiene que servir para que los funcionarios tomen cartas en el asunto. Para que los fondos del gobierno lleguen a quienes de verdad lo necesitan.
Un hombre junto a su hijo caminan 20 cuadras para llegar a horario y poder tener su ración de comida en el Comedor de Laprida al 723. Y en este lugar, los recursos son muy escasos pero suelen hacer maravillas para que todos puedan irse con la panza llena.
La cuarentena no es igual para todos, hay a quienes les recuerda aún más que viven en la pobreza y que la economía en el país no pasa por su mejor momento.
“A la intendenta, Bettina Romero y al gobernador, Gustavo Sáenz, que se acerquen a todos los barrios y que nos lleve comida que nosotros necesitamos, también somos seres humanos”, nos dice el protagonista de esta historia.
