Máxima alerta en Virginia por una multitudinaria marcha a favor de las armas de fuego

Miles de personas, una gran parte de ellas armadas, se dispone a rodear este lunes el Capitolio de Richmond, la capital de Virginia, para defender su derecho a portar armas de fuego frente a un intento de restringirlas por parte del Gobierno, que es demócrata. El Gobernador del Estado, Ralph Northam, ha declarado el estado de emergencia, lo que le permite prohibir las armas en el Capitolio, que ya está vallado y rodeado de barricadas. El FBI, la policía judicial, ha detenido a tres integrantes de un grupo neonazi que habían comprado armas y planeaban usarlas en la manifestación.

Varios militantes a favor de las armas, que se declaran miembros de milicias, han llegado ya a Richmond, que fue la capital de la Confederación durante la Guerra Civil. «Esta es la prueba de que el Gobierno nos impide acceder a nuestros propios edificios públicos para protestar contra el robo de nuestro derecho a tener armas», dice a ABC Joshua Godaire, fontanero de 43 años y padre de dos hijas, ante las vallas que rodean en Capitolio. Tras denunciar abusos dignos de «una tiranía», Godaire muestra su permiso de armas y revela que va armado, como muchos de los que se agolpan ante el Capitolio. Una empuñadura asoma en su cintura cuando levanta la chaqueta.

Temeroso de que se repita la violencia de 2017 en la manifestación supremacistas de Charlottesville, una localidad que también está en Virginia, el Gobernador ha desplegado a la policía, que rodea el Capitolio y registra a todos los que intenten acceder el cordón policial. «Tenemos indicios suficientes que nos ha entregado la policía de que hay un claro de riesgo de violencia en la manifestación del este lunes. Hemos detectado mensajes extremistas como los que se interceptaron antes de Charlottesville en 2017», ha dicho Northam. En aquella marcha supremacista murieron tres personas y unas 30 resultaron heridas.

Northam ganó las elecciones en 2017. Los demócratas ocupan el puesto de Gobernador desde 2014. Lo que es una verdadera novedad es que sean además mayoría en el parlamento estatal. En las elecciones parciales de noviembre lo lograron tras más de dos décadas. Hoy, el Partido Demócrata controla los poderes ejecutivo y legislativo de Virginia, un Estado que tradicionalmente se ha considerado conservador, en su día cuna del movimiento secesionista y esclavista. Una de las primeras medidas de los demócratas en el poder ha sido una dura restricción de la compra y tenencia de armas, que entrará en vigor en los próximos meses.

Jack Garland no está dispuesto a tolerar que le restrinjan un milímetro su derecho a comprar y portar cualquier arma. Este jubilado de 67 años denuncia que Virginia comienza a ser víctima de «un programa de izquierda radical» que está atacando la Constitución. «A los que cumplimos las leyes nos quieren quitar las armas, pero no se dan cuenta de que los delitos con armas de fuego de cometen con armas robadas. A esos criminales no les importa si les dejan tener armas o no. Las compran de contrabando o las roban», dice Garland, al que acompaña su mujer.

Cierto es que la segunda enmienda de la Constitución, aprobada en 1791, afirma que «siendo necesaria una milicia bien organizada para la seguridad de un Estado libre, el derecho del Pueblo a poseer y portar armas no será infringido». La Corte Suprema de Estados Unidos ha interpretado esta provisión como que «la segunda enmienda protege el derecho a portar armas, incluso las que no existían en el tiempo en el que la enmienda fue ratificada» y que esta protección no se limita solo a «armas para hacer la guerra».

 

 

 

Fuente: ABC

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