En la mañana de hoy, transitando la calle Córdoba al 200, casi esquina Urquiza, nos encontramos con Mari que llevaba a su bebé en coche y rápidamente se acercó a nuestras cámaras para contar lo díficl que se le hace transitar por el centro salteño.
“No hay rampas para poder circular para personas con algún tipo de discapacidad, o mamás que llevan a bebés en coches. Son unas trampas estos canales porque no se puede cruzar rápido en las esquinas y más teniendo este pozo. El asfalto está muy desparejo y cuando llueve se vuelve peor, es como manteca para resbalarse, caerse o correr riesgo” dijo la mujer angustiada.
Y es que el problema de las calles es un reclamo recurrente, pero a esto se le suma la imposibilidad de transitar a quienes tienen movilidad reducida, por la falta de rampas para poder acceder a una nueva calle.
Las ondulaciones en el asfalto, producto de obras mal hechas, también dificultan el paso para los peatones, que a las apuradas, deben incluso correr para llegar de una esquina a otra sin sufrir inconvenientes.