Según el organismo oficial, durante el segundo trimestre del 2019, el 50% de los trabajadores no estuvo registrado.
Al desglosar los datos, se evidencia que la informalidad volvió a crecer: del elevado índice que históricamente variaba entre el 40 y el 45% alcanzó esta vez a la mitad de los asalariados salteños. Se trata de la tasa de informalidad más alta de Argentina, que tiene un promedio del 35%.
Para el director del Instituto de Estudios Laborales y del Desarrollo Económico (IELDE de la UNSa), Jorge Paz, “podría llegar a haber una conexión entre la mayor informalidad y este efecto del trabajador adicional”. Pero aclaró que se trata de una especulación: “ante la urgencia de tener que encontrar un trabajo adicional, la gente se informaliza. Es decir, cuando te falta plata ¿qué buscás? Una changa, y eso es lo que encontrás, no es que vas a encontrar un trabajo formal, y por eso aumenta también la informalidad laboral”. La causa es que el mercado laboral salteño es uno de los más precarizados del país ya que “está fuertemente concentrado en actividades altamente informalizadas como el servicio doméstico, la construcción y el comercio”.
