Hace más de una década que el debate está instalado en el ambiente del tenis: ¿Quién es el mejor jugador de todos los tiempos? ¿Roger Federer o Rafael Nadal? Algunos dicen que el suizo, con su juego tan elegante como efectivo. Otros afirman que el español, con esa potencia física que lo destaca sobre el resto. Pocos -casi nadie, valdría decir- meten en la discusión a Novak Djokovic. Pero el serbio, a fuerza de talento, victorias y títulos, le viene haciendo sombra a esos dos fenómenos desde hace un tiempo.
Con su quinta consagración en Wimbledon, gracias a esa victoria en un partidazo electrizante de cinco horas ante -justamente- Federer, Nole alcanzó los 16 títulos de Grand Slam en su carrera. Además del quinteto de festejos en el All England, suma siete en Australia, uno en Roland Garros y tres en Flushing Meadows. Y quedó así tercero en la lista de los más ganadores, muy cerquita de sus dos grandes rivales.
Nadal tiene ahora apenas dos más que el serbio. Suma 12 en el Abierto francés, ese torneo en el que es rey indiscutido, uno en Melbourne, dos en el grande británico y tres en el Abierto de Estados Unidos.
Federer, en tanto, está un poco más lejos. El suizo es el dueño del récord de títulos entre los varones con 20: seis en el Grand Slam oceánico, también uno en París, ocho en Wimbledon y cinco en Nueva York.
