Se extiende por 44 kilómetros y conforma un área libre de depredadores de casi 9.400 kilómetros. Permitirá la reintroducción de especies que están en peligro o habían desaparecido.
Una agencia australiana de conservación animal construyó en el centro del país la que se cree que es la valla a prueba de gatos más larga del mundo, en un intento por salvar a la fauna nativa y la vegetación devastada por depredadores felinos.
A unos 350 kilómetros al noroeste de Alice Springs, Australian Wildlife Conservancy finalizó este mes la construcción y electrificación de la valla de 44 kilómetros de largo para crear un área libre de depredadores de casi 9.400 hectáreas.
“Australia no tiene una estrategia efectiva para controlar a los gatos. La única forma en que podemos salvar a los animales más amenazados de Australia es estableciendo estas áreas masivas libres de gatos callejeros utilizando cercas de conservación”, precisó Attius Fleming, jefe de AWC.
