Un Poder Judicial machazo

Con un gran operativo policial, seis abogadas fueron echadas de la Ciudad Judicial el pasado 7. ¿Su crimen? Repartían folletos convocando al paro de mujeres y denunciando la estigmatización de la que son objeto en el Poder Judicial.

El Poder Judicial es cosa de hombres. Y cuando alguien se atreve a cuestionar este statu quo, ataca. Esa es la imagen que dejó el Poder Judicial de Salta el pasado 7 de marzo, cuando requirió de guardias de la seguridad privada, policías, patrulleros y hasta un carro de asalto para echar de la Ciudad Judicial a un grupo de abogadas del Instituto de Género del Colegio de Abogados de Salta que repartían folletos invitando al paro y marcha de mujeres, realizado al día siguiente.

Las abogadas denunciaban que son estigmatizadas por su activismo de género, pedían una tutela judicial efectiva para mujeres víctimas y repudiaban a la corporación judicial que “beneficia y ampara a magistrados violentos”.

Precisamente, las abogadas denunciaban en los folletos que son estigmatizadas por su militancia de género, pedían una tutela judicial efectiva para las mujeres en situación de violencia y repudiaban a la corporación judicial que “beneficia y ampara a magistrados violentos, como el caso del juez Federico Diez, acusado de golpear a su pareja, amenazarla con arma y desobedecer una orden judicial”.

“La dinámica de cómo nos fueron sacando, el nivel de violencia y de intimidación que ejercieron para mí tiene que ver con una cuestión que es de cultura machista”, analizó para Vove la abogada Gabriela Gaspar, quien es también directora del Área Municipal de la Mujer de la Ciudad de Salta. Es que en el edificio del Poder Judicial se vende casi de todo y se difunde casi de todo. En el ingreso y en los pasillos mismos se venden café, comida, golosinas; se reparten folletos; la Pastoral tiene instalados sus folletos y afiches todo el tiempo, se hacen manifestaciones de familiares de víctimas.

“Nos echaron, nos intimidaron, nos violentaron”, insistió Gaspar, quien confesó que se llevó una sorpresa, porque “nunca pensé que íbamos a vivir esto en esta época”.

¿Clima de época?

Gaspar destacó que estaban haciendo lo que hacen todos los días: repartir expedientes, entregar escritos y dialogar con otros colegas, en esas conversaciones, claro está, se cruzan pareceres sobre el avance, o no, de las causas que tramitan. “Nosotras todos los días estamos en tribunales y justamente, con cuestiones de género y violencia renegamos contra el sistema judicial y se lo vivimos diciendo a las compañeras, a las colegas”. “Esto molestó al patriarcado, molestó al varón”, ratificó Gaspar.

Explicó que se ejerció sobre ellas “violencia simbólica”. Los policías y miembros de la seguridad privada (de la empresa El Guardián, que perteneció al represor Joaquín Guil) les sacaron fotos, hubo una cantidad desproporcionada de policías y ninguna mujer policía, también llegaron varios patrulleros y un carro de asalto. “Eso transmite, tiene un significado. (…) Somos abogadas con expedientes en mano, qué puede tener eso de violento”.

“Siendo abogadas, y ese nivel de violencia que sentimos sin que nos toquen, la sola presencia y el comportamiento que tuvieron de pararse en la puerta, de sacarnos fotos, de exigirnos que les demos los volantes y que teníamos prohibido volantear”, señaló Gaspar.

Recordó que la situación las desbordó, no pudieron reaccionar, a pesar de ser abogadas, “ante el abuso de autoridad”: “Nos dio miedo, nos atontamos”, a pesar de que era un ámbito conocido por ellas.

“Ha sido violento, nos sentimos muy intimidadas, además porque de por sí uno de nuestros reclamos es la estigmatización que tenemos dentro de los juzgados, no es que lo decimos ahora, que esto fue un hecho aislado, nosotras lo vivimos día a día en cada uno de los expedientes en el que reclamamos acceso a la justicia con perspectiva de género, cuando le pedimos a una jueza que no lleve a cabo una mediación, cuando le pedimos que se apliquen las medidas conformes a la ley 7888 (de protección contra la violencia de género), cuando apelamos una medida de exclusión” y “eso es lo que íbamos a plantear”. En algunos juzgados se recomienda a los clientes de estas letradas que cambien de abogado, o ellas mismas reciben comentarios recomendándoles no ser “tan radicales”.

Según indicó uno de los policías, la orden de echar a las abogadas provino de la Secretaría de Superintendencia de la Corte de Justicia.

El énfasis en el hecho de que se trataba de abogadas no es gratuito: si letradas que conocen sus derechos, que trajinan ese ámbito y conocen a los operadores del Poder Judicial y el Ministerio Público,reciben este maltrato, ¿qué queda para la mujer común víctima de violencia de género que busca amparo en la Justicia?, reflexionó la abogada Tania Kiriaco, integrante del directorio del Observatorio de Violencia contra las Mujeres, otra de las que sufrió la persecución en la Ciudad Judicial. Precisamente, estas abogadas vienen plateando “la falta de acceso real a la justicia”.

Este hecho fue repudiado por la Multisectorial de Mujeres de Salta, que destacó como “llamativo” que en la puerta interior de entrada a la Ciudad Judicial se haya permitido colgar un afiche sobre la campaña “El bebito” de “grupos antiderechos, mal llamados Pro Vida, en contra de la despenalización del aborto”. También el Colegio de Abogados exigió explicaciones.

Fuente: vove.com.ar

Ultimas publicaciones

Comentarios

Social Media Auto Publish Powered By : XYZScripts.com