“Estamos trabajando para que cada argentino pueda desarrollar su sueño. Un pilar fundamental es la educación. Queremos que cada vez más jóvenes estudien, pero también que se reciban. Cada chico que lo necesite va a tener su beca y lo vamos a apoyar. Es la primera vez en la Argentina que existe una línea de becas tan amplia como la que presentamos hoy”, dijo Macri en la presentación.
La inscripción de Becas Progresar comenzará el 1 de febrero y terminará el 31 de marzo. Como hasta ahora, estará abierto a todos los jóvenes de 18 a 24 años, argentinos o con al menos cinco años de residencia en el país, con un ingreso familiar total menor de tres salarios mínimos vitales y móviles. Entre quienes ya son parte del programa, el límite de edad se extenderá a 30 años solo en los casos de estudios universitarios.
“Se trata del programa de becas más amplio de la historia argentina. Junta lo que era Progresar con todas las becas que había en el Ministerio de Educación. Está destinado a las personas que más lo necesitan, con un presupuesto total de 10 mil millones de pesos“, anunció el ministro de Educación Alejandro Finocchiaro, en una presentación previa en la que estuvo Infobae.
El nuevo programa pasa de la órbita de la ANSES al Ministerio de Educación. Uno de sus principales objetivos será potenciar carreras muy demandadas y esenciales para el desarrollo del país. Para ello, seguirá un esquema regionalizado y temporal. “Básicamente, las carreras estratégicas son las ciencias básicas, las ciencias aplicadas y enfermería, pero también hicimos un estudio para detectar las necesidades de cada región que ofreció un corrimiento”, explicó Pablo Domenichini, director nacional de Desarrollo Universitario y Voluntariado. Por ejemplo, en el norte observaron escasez de graduados en hotelería y expertos en turismo.
Todas esas carreras estratégicas, con las ingenierías a la cabeza, percibirán los mayores beneficios: 10 cuotas de $1.800 a $4.900, con aumentos paulatinos a medida que avanzan en los estudios. Los terciarios estratégicos responden a la misma lógica: 10 cuotas de $1.800 a $2.600. Para los secundarios y cursos de formación profesional, el aumento es del 16% con respecto al modelo anterior.
En la formación docente, los montos alcanzan los $7.400 para los estudiantes más avanzados. No obstante, para acceder a la beca los postulantes deben sortear antes un examen que certifique conocimientos. Hasta hoy, la beca alcanza 3 mil futuros docentes, pero especulan que podría llegar hasta 6 mil este año.
Según los últimos datos de 2016, de 200 mil alumnos universitarios que accedían a Progresar, 106 mil no cumplían con el único requisito para renovar: ser alumno regular, es decir, acreditar dos materias por año. De ellos, casi todos -100 mil- no habían dado ni una sola materia. “Progresar fue concebido casi como un subsidio. No había una lógica educativa. La lógica para nosotros no es que el chico esté en la escuela o la universidad, sino que termine la escuela o la universidad. Como esto es una beca, estamos pidiendo un compromiso”, dijo Finocchiaro.
Ahora, las exigencias para renovar la beca cada año también cambian. A los estudiantes universitarios se les pedirá aprobar la mitad más una de las asignaturas del programa de estudios, con un corte a mitad de año para revisar la trayectoria académica de cada chico. A su vez, premiarán la excelencia. Quienes aprueben todas las materias con promedio de 8 o más, recibirán al final del ciclo lectivo un pago que duplicará su beca del total del año. A los alumnos de educación obligatoria -primaria y secundaria- les exigirán pasar de año.
De acuerdo a los funcionarios, no habrá un límite de aprobación, “todo aquel que solicite la beca la va a tener” siempre y cuando cumplan con los requisitos. “En el quintil más desfavorecido del país, cada 100 chicos de primaria, uno solo termina la universidad. Eso es una injusticia. La gratuidad ya no alcanza. Tenemos que ir por más y trabajar para que puedan terminar su carrera”, cerró el ministro de Educación.
Qué pasa con los beneficiarios de Progresar hasta 2017
Los beneficiarios activos a diciembre de 2017 en educación superior percibirán su aporte económico mientras esté abierta la convocatoria, aunque, al igual que el resto de los aspirantes, deberán inscribirse para las nuevas becas.
Hay cuatro grupos. El primero de ellos responde a quienes sí cumplen con las nuevas exigencias de Progresar. Es decir, estudiantes universitarios que en 2017 aprobaron la mitad más una de las materias. Todos ellos pasarán a cobrar el monto actualizado a partir de mayo.
A los jóvenes que no cumplan esas exigencias ni las anteriores -al menos acreditar dos materias por año- se los dará de baja en abril. Los que no cumplen los nuevos requisitos, pero sí los del año pasado seguirán siendo parte del programa con un pago de $1.280 hasta diciembre y en 2018 deberán adaptarse a los nuevas condiciones. A los nuevos ingresantes no se les revisarán los antecedentes del año pasado.